Todas las mujeres soñamos desde pequeñas con el gran día en el que por fin usemos el vestido de novia blanco y el increíble velo a juego. Invertimos horas viendo fotos, yendo a pruebas y hablando con diseñadoras. ¿Pero por qué un vestido blanco? ¿Qué significa en la mujer, y específicamente en tu vida?
Si nos remontamos en los años del pasado, podemos ver la importancia que tenían los amuletos y vestidos en las ceremonias de matrimonio para nuestros antepasados y en las tradiciones de boda.
Empecemos por nuestra propia sangre, los Aztecas. La novia, conocida como “Cihuatlantli”, no requería de ningún otro adorno más que el que su propia tierra le otorgaba; vestía con ramas y flores, y se comprometía a una vida de pareja ante una hoguera y un copal.
En Egipto antiguo, las mujeres veían el amor como una bendición infinita e interminable. Usaban un collar de perlas para simbolizar la circularidad de la vida en pareja que estaban por comenzar. También se ponían una corona de mirto, la flor sagrada que caracteriza a la Diosa del amor, Afrodita.
Si avanzamos un poco más por el mundo, podemos ver como en la antigua Roma, se usaba una túnica blanca; no era precisamente para simbolizar la castidad de la mujer como se cree ahora, sino que buscaban brindarle un homenaje a Himeneo, el Dios de la fertilidad. Sus coronas eran de lis, romero y trigo, cuyo significado era la fertilidad, virilidad y larga vida.
¿Y en la época Medieval? En ese entonces las mujeres eran muy apasionadas y querían expresar ese sentimiento a través de sus vestidos. La tradición era vestir de rojo como símbolo de amor radiante. Claro que eran tiempos difíciles, y solo algunas podían darse el lujo de portar un bello vestido de terciopelo rojo.
¿Entonces cómo fue que pasamos de las flores, las ramas, las coronas y los colores alegres, al típico vestido de novia blanco? Para esto, tenemos que voltear la vista al siglo XIX , en donde podemos encontrar, por primera vez en la moda, el típico vestido blanco, que fue impuesto por nadie más y nadie menos que la Reina Victoria. Ella rompió con la tradición de los vestidos de plata en la nobleza y caminó al altar con un vestido blanco tan bello, que prácticamente en todo el mundo las mujeres comenzaron a vestir como ella.
A partir del Siglo XX, los vestidos de novia ya eran toda una industria. Para muchas personas comenzó a ser cuestionable ¿por qué un vestido que solo se usaría una vez en la vida, podía costar tanto? La realidad es que las telas y la mano de obra requiere de mucha especialidad, savoir faire y por lo tanto, de un costo alto. Hoy en día, hay casi tantas tendencias en vestidos de novia, como novias en el mundo. Existen vestidos para todas las siluetas, de todos los cortes y para todos los estilos de novia. Ya hemos hablado con anterioridad de colecciones como la de Maggie Sotero o Justin Alexander que crean verdaderas obras de arte en lo que a vestidos de novia se refiere.
La industria sigue creciendo exponencialmente, ¿pero el simbolismo de los vestidos también? El sueño de toda niña, joven y mujer, seguirá siendo caminar en un vestido blanco hacia el altar; ¿Pero será por la costumbre? ¿Lo portarán por admiración hacia la Reina Victoria? ¿O quieren que simbolice su castidad?
Hay quienes lo toman como el lienzo en blanco en donde podrás escribir toda una historia de amor y de pareja. Pero la realidad es, que las interpretaciones y los sentidos son infinitos. ¿Y para ti, qué significa en tu vida el vestido de novia blanco?
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