8 hábitos que deberías de eliminar al vivir con tu pareja

Cuando vas a vivir en pareja hay ciertas cosas que cambian y hay que adaptarse al otro... ¡Toma nota de estos consejos!

8 hábitos que deberías de eliminar al vivir con tu pareja
Foto vía Shutterstock: gpointstudio
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Primer punto a resaltar: ya no estás solo ni con tus padres. Ahora viven en pareja. Compartes espacios con una persona que amas y respetas. Es por ello que deberá de hacer sentido todo lo que sientes y modificar algunos malos hábitos que puede que tus padres o roomies toleraban de ti, tal vez porque incluso algunos de ellos ni se daban cuenta. Por ello, aquí te comentamos con muchísimo cariño y amor… y con el tacto que puede tenerse, aquellas cosas que NUNCA debes volver a hacer en casa si deseas que tu vida de pareja tenga un futuro verdadero.

Impuntualidad y no gestionar el tiempo

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Tal como ya señalamos, ya no están viviendo solos, sino que comparten espacios como pareja. Principalmente el lugar más delicado será el sanitario. De aquí en delante el baño será de ambos. Procuren tener limpio este lugar, y también valoren el tiempo que se encuentran utilizándolo. Revisen cuánto duran bañándose, así como aquellas actividades que puedan realizar en algún lugar distinto. Por ejemplo, maquillarse, peinarse, etc. mismos que pueden ser en el cuarto. Deberán aprender a administrar adecuadamente el tiempo para que ambos puedan utilizarlo de acuerdo con sus necesidades.

Este tema de la impuntualidad y falta de gestión del tiempo no solamente se da en el tema del baño. Procuren salir de casa en el momento que quedaron para que el otro no tenga que estar esperándolos y llegar tarde a donde sea que hayan quedado.

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Falta de limpieza

Los espacios serán compartidos y a nadie nos gusta tener que estar en medio del tiradero de otra persona. Si te quitas la ropa sucia, ponla en la canasta destinada para ella. Si tienes un vaso en el buro, puedes perfectamente bajarlo a la cocina y lavarlo. Si ensuciaste el WC, para eso existe el cepillo para baños. Créenos que no se te caerá la mano por meter la escobilla para limpiar y que la otra persona pueda entrar al baño sin necesidad de vivir un momento desagradable.

Si ensucias porque alguna bebida se ha tirado, límpialo. Si lo dejas ahí, será imposible quitarla después porque habrá quedado la mancha. Inclusive, si no te gusta tanto limpiar, existen varias modificaciones de actitud que puedes tener para no tener que hacerlo tan seguido. Por ejemplo, cuando comas pon un mantelito individual y ten cuidado con la comida o moronas que tiras. Al terminar, sacude y limpia el mantel y no tendrás que ir más allá.

Cambiar este hábito es muy importante y más que valorado, porque la realidad es que mantener la casa limpia es algo necesario. Recuerda que nadie va a limpiarlo para ti y es necesario tener tu hogar presentable.

Sonidos extraños e inclusive molestos

Y en este punto nos referimos a cualquier tipo de sonido, no solo los corporales. ¿Recuerdas aquella época de pubertad en que ponías la música a todo volumen, y no importaba si tus padres o vecinos se quejaban? Pues ahora no estas en esa época. Las carcajadas a todas horas, gritos, etc., deben dejarse atrás…. léelo bien: ¡se acabó! La finalidad de ello es tener un ambiente ameno para la otra persona también. Si ambos disfrutan tener la música alta, independientemente del género musical de que se trate, está bien, pero siempre deben de platicar antes de hacerlo. Aplica lo mismo con las series, cine, vídeo juegos, etc.

Cierto tipo de invitados

En ocasiones querrán invitar a sus amigos a casa en alguna ocasión, aquí lo importante es que ambos compartan dichas amistades. Si la otra persona no está en casa o si ha aceptado que ustedes tengan visita, no hay ningún problema. Aquí lo que no está bien es hacer una reunión y cuando la otra persona llegue (o los invitados) se dé cuenta y tenga que resguardarse viendo la televisión en el cuarto. Si esto llega a suceder, no explotes en el momento. Espera a que se vayan los invitados para poder charlar y establecer las reglas entre ustedes.

También, y con el paso del tiempo, se darán cuenta que deben tener algunos límites en ciertas ocasiones. Existen invitados que no son prudentes en el horario en que se retiran, o a la hora a la que llegan. Ambos establezcan fronteras para poder convivir en conjunto… aunque eso signifique poner límites a familiares cercanos.

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Manías y desatenciones

Y aquí en definitiva no nos referimos a que debas de cambiar tu forma de ser ni de actuar. A pesar de ello, existen conductas que debemos dejar de lado. El tener cuidado y no dejar el WC todo salpicado, e inclusive bajar la tapa del mismo por atención. Poner los pies sobre la mesa o subirse a la cama con zapatos no es nada agradable. Dejar los trastes sucios por días o no sacar la basura del baño y/o cocina. Tampoco dejar la toalla del baño empapada en el piso o cortarse las uñas y no recogerlas. Tengan cuidado, esto causará conflictos que llegará el momento en el que sean detonantes porque se han quedado sin paciencia.

Comer sin pensar en el otro

Procuren hacer la mayoría de sus comidas en conjunto. Desde prepararlas, hasta degustarlas y por último recoger. Esto no indica que si el otro llegará tarde, puedas entrar al quite por él. Inclusive, si compras comida fuera ¡piensa en el otro! Llama para preguntar si quiere que le lleves o simplemente llévale y lo agradecerá.  ¡Ojo! Esto no implica que deban comer exactamente lo mismo, pero si juntos o demostrar que se pensó en el otro.

Compras individualistas

Ahora inclusive ir al supermercado será diferente. Aquella época en la que se adquirían embutidos, cerveza, galletas, cereal y leche debes dejarla en el pasado. También el que solo adquiría un jitomate, una cebolla, queso y tortillas. De aquí en delante piensen en el bien común, así como en la alimentación y necesidades de ambos. No sean egoístas en este tipo de compras y piensen en una dieta balanceada, que no impide que en ocasiones se den algún gustito.

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Apoyo en las actividades de la casa

Puede que si vienes de casa de tus papás, sea complicado de aquí en delante tener que apoyar más en las tareas del hogar… pero aquí no debe de haber excepción. En realidad, estas actividades deberían de provenir desde casa de tus padres, pero en ocasiones no sucede y se vuelven un poco malcriados. Aquí ya no estarán sus padres y deberán de solucionar las cosas ustedes solos. Procuren contar con un reparto de tareas iguales. Será responsabilidad de ambos que la casa se limpie e incluso que la casa no se tire (o que se tire lo menos posible).

En caso de que ya vivas en pareja y cuentes con algunas malas prácticas, te recomendamos eliminarlas ya. Es un tema de extrema urgencia para el bienestar de tu relación.

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