La religión es un tema familiar, cultural y personal, si tu pareja y tú son de distinta religión y a la hora de hablar sobre la boda entran en una discusión, ¡te deseamos suerte! Esa discusión no tendrá fin. Tengo amigas que se han tenido parejas de religiones diferentes a las suyas. Y es difícil tomar la decisión de avanzar o terminar, a pesar del amor. Los problemas de pareja por religión, son algo que ocupará mucho tiempo de pláticas, discusiones y toma de decisiones y esto es muy desgastante. Pero es necesario hablarlo para saber qué tan dispuestos están a tomar ese camino al cambio de vida definitivo o si deben realizar un matrimonio mixto.
La buena noticia y para verle el lado divertido a la situación, es que pueden tener un tema para su boda: el interreligioso. Abran su imaginación, para tener una boda destino, para elegir el menú, actividades, canciones e incluso rituales que sean distintos al resto de las bodas a las que han asistido y que llamen la atención de sus invitados.
Cuando ambos lados de la pareja tienen una religión diferente
A veces es difícil congeniar y ponerse de acuerdo, pero esto no debe ser un obstáculo para unir sus vidas y darle un nuevo significado a su unión. Existen muchas opciones para este tipo de casos y una de ellas es tener una boda simbólica en la que la unión se celebre mediante un ritual, si nunca has oído de este tema, hay profesionales como que te pueden orientar para celebrar una boda simbólica o una ceremonia espiritual maravillosas, así tú puedes centrarte en lo más importante, que son ustedes como pareja. Esta opción es perfecta porque no implica una conversión religiosa de alguna de las dos partes. Y tal vez no será un acto consagrado, pero será muy simbólico.
El tema de tener religiones distintas no debe ser un problema, si lo ves por el lado correcto puede significar cosas muy buenas. ¿Te imaginas las pláticas en una relación con sus integrantes de diferentes religiones? Pienso que sería algo demasiado interesante, porque no solo estarías aprendiendo de las creencias de la otra persona, también te obligaría a ser más curiosa sobre la tuya. Sería como una ventana de aprendizaje constante y mutuo, con un profundo respeto a sus propias creencias como individuos.
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Si realmente no hay manera de resolverlo, o ambos están en una posición de no ceder, hay cosas que deben tomar en cuenta antes de dar un punto final a la relación. ¡Toma nota de estos consejos!
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La regla de los 12 meses
Un tiempo razonable para darte cuenta de hacia donde quieren llegar como pareja, son 12 meses. Lo más importante es que seas honesta contigo misma y con la otra persona, para poder llegar a un punto en común o decidir irse por caminos separados.
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Toca los temas “incómodos”
¿Quién no huye de las pláticas incómodas? Todos intentamos evitar al máximo estas situaciones, ¡por supuesto! Pero, son temas que es necesario tocar para que los dos eviten perder el tiempo. Ten en cuenta que hay religiones o personas, que pueden querer convencerte de una manera forzada a la conversión y no tanto por amor o gusto. Ojo con esto, no te confundas. Este patrón es repetitivo y debes intentar evitarlo, si en algún momento consideras convertirte a otra religión debe de ser por los motivos correctos, para no terminar arrepintiéndote después.
Si deciden continuar con su relación, es algo muy admirable, porque significa que tienen un amor real y aunque van a tener que luchar contra viento y marea por sacar a flote ese amor que los une, seguirán tan unidos como el primer día. La verdadera decisión difícil será si quieren casarse únicamente por lo legal o por lo religioso.
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Considera a los padres de ambos
Este punto, creo que es el más delicado. Hay familias que no pueden aceptar una decisión tan radical, esto puede traer conflictos graves en el núcleo familiar, estas familias son las más difíciles de tratar porque pueden llegar a interponerse entre tú y su hijo, por no seguir el camino “natural” entre ellos. Suena muy arcaico, pero lamentablemente es algo que sucede en nuestra actualidad.
En el punto anterior mencioné que iban a luchar contra viento y marea. A esto me refería. Una situación como esta, es, probablemente lo más difícil que vayan a tener que superar como pareja. Puede que llegue a invadirte la frustración y tristeza, pero nunca olvides tu motivación más importante, el amor. La familia podrá hacer su berrinche, pero seguro regresará. Eventualmente.
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Vive el día a día
¿Has pensado que todas las historias románticas escritas, son una tontería al lado de la de ustedes? ¡Lo de ustedes es amor verdadero! Este sentimiento te hace sentir que puedes hacer cualquier cosa por él, literalmente, hasta que decides que no es suficiente.
Al decidir adoptar su religión como propia, indudablemente llegará el momento en el que explotes, sientas enojo por ser tú la que tuvo que hacer el cambio, y te sientas cansada por la gran alteración que experimenta tu estilo de vida. Cosa que notarás en cada aspecto de tu vida que debas cambiar, desde tu carrito del supermercado, hasta tu calendario de festividades.
Cuando pase esto, pon un alto a tu día y respira. Retrocede en tus ideas y regresa el orden en ellas, para que recuerdes el por qué decidiste hacer este cambio. Hasta que esta novedad sea totalmente parte de ti.
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Piensen en el futuro
¡No olvides tocar este tema! Es importantísimo. La educación y crianza de sus hijos, tiene que estar llena de principios y valores que tengan ustedes en común como pareja. Desde lo más básico, como la escuela, las tradiciones, las festividades como Halloween, Navidad, etc. No esperes que, al momento de tener un hijo, por arte de magia vayan a coincidir en todo, porque no será así. Menciona a los hijos y hablen sobre ello, este tema puede ser lo único en lo que no encajen y será motivo suficiente para terminar. Si no es así, tendrán todas las herramientas para continuar juntos y pensar en tener una vida entera llena de felicidad.
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La buena noticia es que todo tiene solución. Y una amigable. Todo depende de con que lentes quieras ver las cosas. Nunca sabes las sorpresas que la vida tenga para ti, como esta. Y este camino, puede ser algo que te haga realmente feliz, sobre todo porque fue una elección por amor. No hay nada más noble que eso. ¡Mucha suerte!
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