El amor es un misterio. Sí, por más que lo veamos en las series, en las películas o en las novelas clásicas, este sentimiento esconde un sinfín de misterios que solo son descubiertos cuando se encuentra a ese compañero para toda la vida. El tesoro más grande de la vida existe, y es por ello que esta vez vale la pena darle el debido reconocimiento a la historia de amor de Joyce y Frank Dodd, una pareja que con 77 años de matrimonio, hizo que lo imposible resultara posible: un amor para toda la vida. El final de esta historia llegó el 8 de abril cuando ambos, sí, fallecieron en el Reino Unido. El Kent Online, periódico local, le ha hecho eco a este gran acontecimiento. ¡Conoce la historia!
Por más que se quiera, el amor es sorpresivo en todas sus formas. Su llegada es inesperada, así como las etapas que se pasan en una relación de pareja: altos y bajos, grandes momentos y obstáculos… Todo pasa y todo llega. Joyce y Frank Dodd se conocieron cuando ellos solo tenían 14 años, aproximadamente hace 82 años. La boda se llevó a cabo tan solo 5 años después y ese amor se fortaleció tras casi 8 décadas. En esos años no faltaron las alegrías, y es que nada se compara con la llegada de 5 hijos, 12 nietos, 10 bisnietos y dos tataranietos, ¿te imaginas? La mejor historia.
Y aunque el amor lo puede todo (sí, así lo creemos), no hay duda de que el tiempo pasa y la edad no perdona. Frank empezó a tener problemas en el corazón hace algunos meses y, después de muchas pruebas, tuvieron que hospitalizarlo. Aunque él estaba en cama, su esposa nunca faltó a su cita para cuidarlo y hacerle compañía; sin embargo con el paso del tiempo, Joyce también enfermó al poco tiempo. El amor hace que las personas se transformen; por eso, los doctores decidieron que ambos pasaran sus últimos días en la misma habitación… juntos. Como siempre lo habían estado. Las camas se juntaron y esta pareja volvió a disfrutar de la compañía, de ese calor que nunca falta cuando tienes al amor de tu vida de tu lado.
El 8 de abril, Frank falleció… su corazón se apagó. El de Joyce solo aguantó 14 horas más sin su ser amado. Se murieron prácticamente juntos, tomados de la mano, en un día en donde más allá de la tristeza, el amor y su esencia hicieron de las suyas para comprobar que la eternidad es posible, y que esa promesa de “hasta que la muerte nos separe” puede hacerse realidad. Él con 96 años, ella con 97… ambos unidos, incluso en los últimos segundos de vida.
La familia de estos dos corazones mágicos ha hablado sobre la historia de ellos, y aunque el momento es triste por la separación, también han emprendido una buena causa con ella. Además de regalar una historia tan maravillosa, los hijos y nietos de la pareja han solicitado donaciones para la Fundación Británica del Corazón y para el Instituto de Investigación sobre el Cáncer de Reino Unido. En definitiva, el amor hace que todo sea extraordinario, incluso en las situaciones más difíciles.
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