Hacer uso de las tradiciones más emblemáticas de nuestro país, ahora también es posible en el día de tu boda. Si algo pudimos apreciar de la boda de Cristina y Cory es que, no sólo las nacionalidades pueden converger en un mismo lenguaje de amor, sino que la cultura está presente en todas las uniones alrededor del mundo. Bajo una ceremonia tradicional mexica, estos novios nos adentran a un mundo en donde los penachos, los múltiples colores y las sonajas propias de esta civilización hacen de las suyas para ponerle ritmo y mucho estilo a una ceremonia única. ¡No te la puedes perder!
¿La locación? ¡Querétaro, por supuesto! Los mágicos rincones de este destino se dieron a la tarea de aderezar un concepto nupcial fuera de serie. Con los escenarios del Hotel- Spa Doña Urraca, los novios se dieron cita en una locación que, sin duda alguna, materializó sus más grandes sueños. La luz del día se convirtió en aliada perfecta para hacer brillar los detalles de una ceremonia, que ya de por sí, se anunciaba como toda una experiencia para los sentidos. Con muy pocos invitados, una ceremonia íntima y los detalles más acertados, Cristina y Cory nos dieron una muy buena probada de que el amor no conocer fronteras.
Para el gran día, Cristina eligió un look muy tradicional: un vestido de novia con bordados de encaje, escote cuadrado y silueta ceñida. El modelo estuvo acompañado de un recogido clásico y un maquillaje intenso, pero perfecto para la ocasión. ¿Para el ramo? Nada mejor que la elección de rosas blancas fue ideal para conformar una imagen romántica y de mucha elegancia. Cory, por otra parte, prefirió un traje clásico en color gris oxford, el cual combinó con una camisa y una corbata de estampado a cuadros. El detalles fundamental: un lindo boutonniere protagonizado por una rosa blanca… ¡Genial!
¡Llegó el momento esperado! Después de ese grandioso encuentro de enamorados, Cristina y Cory se dieron cita en uno de los mágicos jardines del Doña Urraca, en donde dio inicio la ceremonia mexica. Danzantes, como los de antaño, se vistieron de colores para celebrar la unión de amor y espíritu entre esta gran pareja; por otra parte, los sonidos y ritmos esenciales de la cultura mexicana convivieron en un mismo espacio rodeado de calidez, familiaridad y una imagen que resulta inconfundible.
Con flores de nube y acentos de rosas en color rosa mexicano, la decoración al aire libre fue una de las partes favoritas de los asistentes. Los empedrados coloniales de las paredes, el acercamiento con la naturaleza y ese aire de lujo irremediable brindaron un entorno para que la ceremonia mexica se convirtiera en lo mejor del día.
¿Para la recepción? Un ambiente casual y sin complicaciones: una mesa de postres que se veía deliciosa, cupcakes como pastel de bodas y bocadillos exquisitos se lucían con decoraciones de palabras que expresaban amor verdadero en todo momento. Los novios compartieron un primer baile cargado de emociones, sonrisas y miradas de complicidad que se contagiaban entre los invitados más cercanos a la pareja… Una boda que ¡nos hizo soñar!
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Fotos cortesía de Marcos Valdés, locación: Hotel Spa Doña Urraca
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