"Vivo convencido de que todo mundo tiene belleza". Así es como Anton Romaniuk se introduce en el mundo de la fotografía con su empresa Aroma Photo. Después de pasar un año viajando por México tomando fotografías, la gente comenzó a escribirle para trabajar en distintas sesiones con él, posteriormente fue contratado por un hotel de lujo y ahora el camino lo ha llevado a las bodas.
Su objetivo principal es captar cada emoción y transmitirlas en las imágenes, su gran trayectoria lo hace un experto en el tema. Es sumamente empático con las personas y quiere que la confianza alcance un nivel máximo para que siempre te sientas a gusto con él y su trabajo. En Aroma Photo buscan trabajar como espejos desde el inicio.
Para cubrir una boda cuenta con el apoyo de su compañero Francisco Soler. A pesar de que sus estilos son distintos, Soler cuenta con más de 7 años de experiencia y juntos crearán un recuerdo único de uno de los días más importantes de sus vidas.