Casarse es ciertamente, uno de los deseos más grandes para cualquier pareja. Después del tiempo que llevan juntos, de conocerse al máximo y tomar esta decisión, lo que se espera es que las personas que los conocen y los quieren se alegren de su felicidad, pero la realidad es que no siempre es así.
Que los padres de uno u otro no estén de acuerdo con su boda, puede ser un gran inconveniente. Especialmente porque es un evento muy emotivo y único. Pero el hecho de que tus padres o los de él no acepten su decisión, no significa que los planes tengan que cambiar.
Para empezar, no es mala idea pararse a escuchar lo que dicen. Al final no es probable que los padres estén locos y muchas veces solo buscan lo mejor para sus hijos. Cada quien conoce a sus progenitores, y algunas veces sus críticas pueden ser objetivas, pero otras veces son juicios sin fundamento. Hay que ser críticos al momento de tomar una decisión.
Una vez decididos, el primer paso siempre será hablar con los papás de ambos y explicarles que la boda será un hecho, con su consentimiento o sin él, aunque todo sería mejor si ellos estuvieran de tu lado. En ciertos casos, la determinación de los hijos es una gran prueba de que la relación está bien cimentada y que las objeciones son falsas. No se trata de justificar la decisión de casarse, pero es probable que los papás desconozcan cosas que para ustedes son obvias; como su visión de la vida, su sentido del humor o hasta gustos musicales.
Abrirse sentimentalmente a los padres puede ser difícil, sobre todo si hay un distanciamiento desde hace tiempo. El mejor consejo es decir la verdad. Descubrirse a uno mismo seguro de que la otra persona es la indicada, aunque vengan problemas.
Después de esto, si sigue habiendo negativa de parte de ellos a participar en la ceremonia o dar su aprobación, lo siguiente será comenzar a planificar la boda. Una buena estrategia será incluirlos en pequeños aspectos de la organización; así se sentirán parte de la boda y podrán ver el esfuerzo que están poniendo en que las cosas salgan perfectas.
Si el dinero iba a provenir de los padres, la mejor de las opciones es optar por la austeridad, y demostrar que ese tema no impedirá que las cosas sucedan. Tal vez no sea la boda de sus sueños, pero será el uno con el otro y el principio de una vida juntos. Existen artículos decorativos o del vestuario de los novios que se pueden comprar en línea y ayudan a ahorrar en el presupuesto general.
La ayuda de familiares y amigos será muy bien recibida en estos casos. Las bodas siempre traen alegría, y, aunque los papás no estén de acuerdo, debe ser un motivo de felicidad como pareja; ver la cara de emoción del otro hará que todo valga la pena.
No existe camino fácil para afrontar este problema, muchas veces el tiempo traerá la paz y las cosas se asentarán solas. Finalmente, ambos son adultos y casarse o no, será un paso que darán únicamente ustedes.
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