Qué mejor pretexto que ser testigos de una historia de amor para viajar, al menos de modo digital, a los maravillosos escenarios de Los Cabos. Ser parte de la grandeza y la magia escondida en estas locaciones es un regalo en sí mismo, pero hacerlo al tiempo que dos corazones deciden unirse para siempre, ¡es aún mejor! Esta vez nos dejamos envolver con las preciosas fotografías de Dennis Berti quien, además, nos invita a un universo paralelo en donde los tonos azul turquesa, los colores vibrantes de Baja California y ese halo divino que evoca el más puro amor, se conciben como los ingredientes clave para disfrutar del “Sí, acepto” de Lizzy y John.
La novia
Para quien duda de la inmensidad, solo hace falta mirar al mar y, por supuesto, ser parte de un amor único en todo sentido. Para el día tan esperado, Lizzy lució guapísima con un vestido de novia corte recto y cuello barco, un diseño encantador e increíblemente elegante. Como aderezos para su estilismo, nada mejor que unos zapatos de novia decorados con elementos artesanales multicolor. Unos pendientes en azul turquesa fueron las joyas elegidas de la novia, así como un velo de novia estilo catedral que armonizaba perfectamente con el peinado recogido por el cual se decantó. El maquillaje se mantuvo natural, pero con la idea de enfatizar el azul de su mirada, así como la naturalidad de su look; una imagen que se destacó por los elementos clave para lograr un estilismo de impacto de pies a cabeza. No podíamos pasar por alto la esencia del ramo de novia, un diseño redondeado y con flores en tonos crudos y blancos. ¡Acierto total!
El novio
Por su parte, John eligió un traje de novio muy elegante, el cual acompañó con una corbata de moño y una camisa blanca ideal para la ocasión. ¿El color? Azul profundo, un tono que armaría el contraste perfecto entre el ambiente paradisiaco y el estilismo de Lizzy.
La ceremonia
Bajo el cielo azul de Los Cabos, Lizzy y John se dieron el “Sí, acepto”, acompañados de un atardecer digno de cuento de hadas. La ceremonia se realizó al aire libre, teniendo como marco una iglesia que se alzaba en medio de ellos para diseñar un espacio muy romántico. Las damas y los padrinos formaron parte de esta fase en donde no faltaron las emociones a flor de piel, así como las sonrisas por parte de los invitados, el intercambio de símbolos y un espíritu muy significativo para el inicio de una nueva etapa en su historia de amor. Los novios no pudieron esconder su felicidad ni un sólo segundo, y uno de los momentos que más llamó la atención fue cuando compartieron el primer beso como recién casados. Una toma que, al menos a nosotras, nos ha cautivado ¡por completo!
La recepción
En un entorno inspirado en un verdadero cuento de hadas, los ahora esposos disfrutaron de una fiesta digna de su amor. La decoración llamó la atención al instante, sobre todo por el uso de los textiles pesados que evocaban máxima elegancia, así como por los centros de mesa altos con bases cobrizas para dar un efecto de glamour ¡instantáneo! Por otra parte, el concepto floral se mantuvo a tono con el diseño del ramo de Lizzy, haciendo uso de las flores en colores blancos y crudos, así como de ramajes que daban un toque de naturalidad a la ambientación. La iluminación también formó parte clave de este gran día, en el cual una cascada de cristales brillaban como parte protagonista de la pista, en donde Lizzy y John compartieron su primer baile como esposos. Una boda ¡espectacular en todo sentido!
Si quieres más inspiración para diseñar un gran día justo a tu medida, también puedes ver lo siguiente: Y cuando te busco, no hay sitio en donde no estés: La boda de Dafne y Julio.
Fotografía: Dennis Berti | Segunda cámara: Gonzalo Verdeja | Locación: One & Only Palmilla
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