Uno de los mitos que se cree de las relaciones de pareja es que lo ideal es no pelear. ¿Cómo crees tú que será eso posible? Se trata de personas con diferentes gustos, tradiciones, formas de ser y de pensar, entre otras diferencias. Incluso, hemos escuchado testimonios de personas que llegaron a la etapa de enfriamiento en su relación, en la que gracias a la indiferencia, ya ni siquiera tenían energía para pelear.
Cierto es que todos tenemos diversos temperamentos y hay parejas menos explosivas que otras, así como hay las que les sale natural un rato de discusión. Aunque a todos nos gustaría evitar una pelea, no te asustes si las tienes de vez en cuando; una pelea no tiene que ser señal de el fin de una relación.
La realidad es que las peleas tienen que ser analizadas a profundidad, pues te dicen algo sobre ti y tu pareja. De hecho, gracias a una pelea puedes darte cuenta de que tienes una muy saludable relación ¡en serio! A continuación, te daremos unos tips para pelear de forma sana y crecer junto con tu pareja. ¡Toma nota!
No te vayas a dormir sin pelear
Hay personas que prefieren evitar el conflicto y se esconden de los problemas. ¡Gran error! Tienen que hablar de ellos para encontrar soluciones. Así, será mucho más fácil conocer sus necesidades y que él conozca las tuyas. El primer paso para resolver un problema, es enfrentarlo y no querer huir de la pelea. No dejes que termine el día con un malentendido o una barrera invisible entre ustedes, ¡destrúyela! Es mejor discutir antes de dormir que guardarte enojos y problemas, ¿no crees?
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Pelea respetuosamente
Defiende tu punto pero evita agresiones. Cuida tus palabras pero no sólo eso; procura evitar gestos como voltearle los ojos o respuestas sarcásticas. Esto requiere de auto control, pero hará sus peleas más fructíferas. Si no cuidas lo que dices, te harás de la mala costumbre de agredir y lastimar cada que pierdas la paciencia. Es muy importante que tanto tú como él se sientan respetados, así será mucho más fácil resolver problemas futuros y evitarán rencores.
No interrumpir
Es importante que lo dejes hablar y lo escuches. Míralo a los ojos y no le desvíes la mirada. Aunque sientas que no estás ni un poco de acuerdo con su punto de vista, es necesario que cada uno de ustedes tenga espacio para expresar sus enojos, confusiones, necesidades, etc. Trata de escucharlo claramente y reconoce tus errores. Así fortalecerás un gran vínculo de confianza.
Intenta hacerte del hábito de la empatía. Antes de juzgar a tu pareja, comprende su punto de vista, sentimientos y motivos. La comprensión es un paso muy importante a la hora de resolver conflictos.
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Compensa lo malo con lo bueno
Toda relación tiene sus altas y sus bajas. Cuando te enfrentes con un aspecto negativo, trata de compensarlo con tres cosas buenas sobre tu pareja. Somos humanos y nuestras relaciones no son perfectas, pues ni siquiera nosotros lo somos.
Es muy fácil obsesionarse con lo negativo, al grado de olvidarse de las virtudes y aspectos que hacen único y especial al otro. Por eso es muy importante tener muy presente las cosas buenas de la otra persona. Después de una discusión, trata de enlistar las razones de por qué estás enamorada de él y lo admiras. Esto te ayudará a darte cuenta de cómo ha crecido y qué puedes hacer para ayudarlo a ser una mejor persona cada día.
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Si sigues estos consejos, tendrás una protección segura para tu relación a pesar de sus diferencias. Cada uno de estos puntos no es fácil y requieren de tu esfuerzo, pero recuerda que entre más trabajo inviertas en tu relación, más feliz y segura te sentirás con ella.
Fotos de Mario Tijerina, Sergio Quezada, Sacramentos Fotografía, Kape Photography
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