La originalidad en las bodas cada vez se materializa en temáticas nunca antes vistas. Esta vez Hannah y Keith, los novios, decidieron llevar al extremo la inspiración boho chic, por lo que su boda brilló por esta revestida de colores vivos, patrones geométricos y una selección de detalles que nos dejaron boquiabiertos. Sin duda alguna, no puedes perderte los pormenores de esta boda ecléctica envuelta en un festival de color.
Después de muchos meses de planeación, gestionados principalmente por el novio (¿alguien dijo groomzilla?), estos novios pudieron celebrar el día de su boda en una ambientación difícil de pasar desapercibida. Bajo la luz del día y en un lindo jardín como escenario, Hannah y Keith llevaron al máximo lo mejor de su creatividad y el estilo bohemio. Para lograrlo, los colores fueron esenciales; tonalidades que conjugaron a la perfección con la paja y con la mejor selección de flores en tonos cálidos y de ensueño.
La novia eligió un look con elegancia atemporal y de tintes vintage evidentes. El vestido se caracterizó por llevar una silueta columna, la cual se fusionó perfectamente con un cuello ilusión cisne ensalzado con bordados intrincados de un encaje encantador. La caída elegante de la falda y esa cauda barrida tan casual, ¡nos enamoraron! El novio optó por vestir un traje casual en color azul marino, sumado con una camisa blanca y accesorios en color café.
Para llamar la atención en esta boda ecléctica, la ceremonia religiosa se llevó a cabo bajo una carpa color blanco. En el interior destacaron unas bancas de paja, mismas que brillaron por tener telas y tirados de distintos colores, tejidos y patrones geométricos. El altar se revistió con un arco cubierto de flores en tonos pastel (azul, rosa y lila), así como acentos en tonalidades blancas y verdes. Para armonizar, las damas llevaron consigo unos ramos con flores de distintas especies y colores. ¡Impresionantes!
En este mismo tono ecléctico y de color, los novios armaron una pequeña mampara en donde colgaron las fotos de todos sus invitados; un detalle genial para recordarlos y mostrarles su lugar en el banquete. Los libros y las botellas de vino vacías fueron utilizados como parte de los centros de mesa, aunque también sobresalieron los mensajes hechos sobre pizarrón negro con gises de colores y diseños divertidos.
Si se trataba de cumplir con los antojos de todos los invitados, Keith y Hannah contrataron una furgoneta de toques vintage que vendiera helados. Además de su estética romántica y de ese patrón sin igual en rosa, todos pudieron disfrutar de un delicioso postre y de las mejores atracciones para conservar el ánimo en esta boda ecléctica. No hay duda de que el festival de color le añadió vida, originalidad y mucho estilo. Para que tu inspiración vuele a mil por hora, checa esta Real Wedding: Una boda con detalles infantiles y un carrusel de fondo.
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Fotos de Anna Hardy
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