Es fácil perder el control y ponerse sentimental cuando de organizar una boda se trata. Son demasiados aspectos alrededor del evento y a la vez infinidad de detalles que requieren de tu autorización o definición y la de tu prometido por supuesto. Interactúas con muchas personas casi diariamente durante los meses previos al gran día, o bien, si cuentas con un(a) wedding planner, este será tu contacto diario, ya sea por teléfono, mensaje de texto o correo electrónico, por lo que vives en una constante toma de decisiones y en una avalancha de actividades adicionales a tu trabajo o escuela que te pueden estresar.
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Bridezilla
¿Qué es ser bridezilla? Es un término que se ha popularizado en el mundo de las bodas para identificar a las novias que se ponen de mal humor, que se encuentran enojadas (casi todo el tiempo) durante la organización de su boda y que cambian de actitud y humor rápidamente.
Pero hay que prestar atención a las señales de atención por bajo esta cuenta regresiva rodeada de emociones, ansiedad y estrés, es normal que tengas cambios en tu estado de ánimo y te sientas agobiada. Te conviertes en una bridezilla y no puedes evitarlo. Pero todo tiene una razón y una solución. Comienza por preguntarte ¿Qué es lo que te pone de mal humor?
Identifica si se trata de malestares físicos
- Presentas contracturas musculares que se traducen en tensión y cansancio.
- O quizás eres de las personas que reflejan sus preocupaciones en el estómago y estarás de acuerdo que no hay nada peor que las molestias en el estómago.
- Por otra parte, si eres susceptible a dolores de cabeza o migrañas, tu humor estará severamente afectado.
- Y lo peor de todo, que te aparezcan imperfecciones en el rostro, producto de las presiones a las que te encuentras sometida.
¿Qué hacer?
- Busca masajes relajantes y realiza actividades físicas que te ayuden a liberar la tensión.
- Hazte un facial o aplica mascarillas en casa, tómate diez minutos para consentirte mientras limpias e hidratas tu rostro.
- Procura consumir probióticos para fortalecer tu sistema digestivo e intenta llevar una alimentación equilibrada.
- De ser necesario acude al médico, sobre todo si se trata de problemas de la piel o del estómago.
La mente es muy poderosa y envía señales al cuerpo
- Te sientes angustiada o incapaz de tomar decisiones, le das mil vueltas a las cosas y tu mente se bloquea, por lo que en lugar de resolver, pospones decisiones que en realidad son sencillas.
- No puedes concentrarte en tus actividades diarias y baja tu rendimiento laboral o escolar.
- Es muy probable que no duermas bien o no estés teniendo el descanso adecuado, por lo que te sentirás cansada e irritable todo el tiempo.
- Si mantienes un ritmo de trabajo, escuela, gimnasio, etc. sin descanso, seguramente bajarán tus defensas y terminarás enfermándote.
¿Qué hacer?
- Realiza actividades que despejen tu mente, busca un hobbie o realiza alguna manualidad que a la vez active tu creatividad.
- Busca técnicas de respiración y/o relajación mental.
- Practica yoga o pilates.
- Acude a tu médico para que te indique una dosis adecuada de melatonina que te ayude a regular tu ciclo del sueño.
Lo que sucede en tu entorno te afecta indirectamente
- Desde preocupaciones económicas, cuando rebasas el presupuesto en el banquete, las flores, etc.
- Las presiones de tu familia porque invites a personas que no tenías contempladas originalmente y que terminan por complicarte y modificar el plan original.
- En el peor de los casos, que te encuentres con proveedores que no cumplen con sus servicios o te ofrezcan productos de reemplazo que por ningún motivo puedes aceptar.
- Todo aquello sobre lo que no tienes control, pero que te afecta indirectamente y representa una preocupación que se refleja en tu estado de ánimo.
¿Qué hacer?
- Si se rebasó el presupuesto de alguna actividad relacionada con la boda, habla con tu pareja e intenten compensarlo reduciendo el presupuesto de otra tarea, o bien, es un buen momento para buscar padrinos que los ayuden a cubrirlo.
- No te desgastes en querer quedar bien con todos, recuerda que es tu boda. Solo tú y tu pareja deciden cómo quieren que sea su boda y quién desean que esté presente. Involucra a tu novio en la organización, en las actividades y decisiones y compartan cada etapa del proceso.
- Apóyate en un wedding planner para que te ayude a negociar con los proveedores y sobre todo para que te recomiende a quienes son confiables.
- Identifica lo que está en tus manos solucionar y aquello de lo que no tienes control y deja que esto último tome su curso y no te afecte.
Convertirte en una bridezilla va más allá del mal humor, esto es tan solo una señal de alerta a la que debes estar atenta para no perder el control. Identifica estas señales y evita que se desarrollen malestares físicos y emocionales, incluso enfermedades, que harán que, en lugar de que disfrutes los preparativos de tu boda, los padezcas. Recuerda que es una etapa que probablemente no vuelvas a vivir y lo mejor que puedes hacer es disfrutarla al máximo.
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