Después de saber que Angelina Jolie y Brad Pitt se divorciarían, o al enterarnos de la infidelidad de Jay-Z a Beyoncé, la esperanza que teníamos en el amor se iba desvaneciendo; sin embargo, existen historias mucho más trascendentes y profundas que nos hacen volver a creer y a tener la certeza de que, en efecto, el amor verdadero, sincero y para siempre ¡sí existe! ¿La prueba de ello? Maryanne y Tommy Pilling, una pareja con Síndrome de Down, que lleva ya 22 años de casados.
Corría el año de 1995 y después de salir 18 meses, Tommy y Maryanne decidieron unir sus vidas para siempre, siendo así la primera pareja con Síndrome de Down en contraer matrimonio en Reino Unido; el gran día tuvo lugar en Essex, en la iglesia en la que Maryanne quería casarse desde que era una niña.
Tommy decidió seguir con la tradición y pidió la mano de su futura esposa a la madre de ésta; lo hizo con un anillo de juguete, aunque tiempo después decidió comprar una auténtica sortija de compromiso; y por su puesto Maryanne aceptó gustosa la propuesta de su chico, sin importarle que él fuera 14 años más grande que ella.
Hace dos años la pareja cumplió 20 años de casados y por obvias razones decidieron hacer una renovación de votos, demostrando al mundo entero que no importan las circunstancias ni las adversidades, siempre se puede disfrutar de una vida larga y muy feliz; definitivamente esta historia es la mejor prueba de ello.
Tommy, con 59 años de edad y Maryanne de 45, disfrutan de una relación cien por ciento sólida, de hecho ella asegura que “nunca discutimos, le quiero mucho; es mi mejor amigo”.
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Si de algo no tenemos duda es de que la encantadora historia de Tommy y Maryanne es un verdadero ejemplo de vida. En primer lugar nos llena de inspiración y nos recuerda que todavía hay bondad entre las relaciones humanas; en segunda instancia nos hace ver que no hay razones para juzgar o para lanzar juicios sobre otras personas, pues sin importar las capacidades siempre se pueden lograr cosas inimaginables, así que digámosle adiós a los prejuicios y sigamos disfrutando del buen sabor de boca que dejan este tipo parejas. ¡Que viva el amor!
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