Cuando se trata de originalidad, ¡todo es posible! Al menos Leticia y Jan así lo han demostrado que una boda que, más allá de juntar dos culturas completamente distintas, nos dio una muestra de cómo transformar un día común en toda una experiencia para los sentidos. Cada detalle de este “sí, acepto” resultó fascinante, mucho más gracias al trabajo detrás de la lente por parte de Arturo González. Si quieres formar parte de una declaración llena de romance, estilo, sonrisas y zapatos rojos, esta boda será una fuente completa de inspiración para que disfrutes algo ¡sin precedentes!
La novia
Siempre me parece increíble ver cómo se arregla una novia. Sí, la elección del vestido me parece fabulosa; sin embargo en este momento preciso la convivencia con la familia le da una dosis extra de romance y de buen rollo a toda la jornada. Para este gran día, Leticia apostó por un vestido de novia tradicional con escote en V y algunas aplicaciones de cristales. La tela del diseño estaba plagada de movimiento y eso ayudaba a que la personalidad fuera aún más linda, sin dejar de mencionar el inesperado complemento de un par de zapatos de novia en color rojo intenso y con tacones de ensueño. Para verse aún más radiante, la novia se inclinó por un maquillaje tradicional y atemporal, así como por un peinado medio recogido marcado por suaves ondas para indicar la apuesta romántica del estilismo. El ramo de novia, de estilo bouquet y perfeccionado en un diseño redondo, brilló por el protagonismo de flores blancas.
El novio
Jan, por su parte, se decantó por un traje clásico de novio en color gris, acompañado por un elegante chaleco y el boutonniere en armonía con el ramo de Leticia (no te pierdas la foto en la que ella le coloca este accesorio). Para brillar en máxima sintonía y estilo, el novio también se dejó llevar por la magia del color rojo, haciendo de este el color estelar para sus zapatos. ¡Increíble!
La ceremonia
Después de disfrutar de un First Look lleno de emociones, los novios se dieron cita frente al altar para convertirse en una nueva familia. Los invitados llegaron al lugar con mucha expectación por lo que habría de suceder, así que una de las primeras sorpresas de ese gran día fue el coche en color rojo intenso en el que llegó Leticia acompañada de su padre. La entrada del cortejo fue maravillosa, sobre todo por la presencia de esa pajecita que se lució con un vestido gris de tul de lo más ideal. Leticia y Jan intercambiaron votos, compartieron los símbolos tradicionales de una boda mexicana y ahí, frente a todos, pronunciaron el tan esperado “sí, acepto”. Un momento ¡único!
La recepción
Para continuar con el festejo en Las Calandrias, el lugar elegido para el gran banquete y la fiesta de la boda, Leticia y Jan apostaron por una mezcla de culturas en rincones muy especiales. Por supuesto, al haber una clara influencia alemana, las estaciones de bebidas fueron imprescindibles, y más si se trataba de darle a la cerveza un lugar ideal. Este rincón fue uno de mis predilectos por el diseño y la diversidad de bebidas que había para degustar. Por otra parte, la decoración se mantuvo fresca y con una gama de colores muy clásica, haciendo de la cristalería y los toques de plateado los grandes aliados de la noche. Para marcar el contraste, nada tan acertado como centros de mesa con lindas flores en colores intensos. El gran momento, sin duda, no solo fueron los discursos emotivos por parte de los familiares, sino el tan esperado primer baile de los esposos… ¡Wow!
Sin duda alguna, una boda preciosa y enfocada en detalles muy originales para darle aún más carácter a una jornada tan especial. Pon mucha atención en los acentos que Leticia y Jan le dieron a su “sí, acepto” y atrévete a diseñar una boda con mucha personalidad y estilo propios. ¡Te encantará el resultado!
Fotografía: Arturo González | Locación: Las Calandrias
Selecciona a los proveedores que quieres contactar
Entérate antes que nadie de lo último en tendencias para bodas
Suscríbete a nuestra newsletter
Escribe tu opinión