Ni siquiera puedes imaginarte las veces que he escuchado la siguiente frase: “yo voy a organizar la boda sola”. Seguro tú también lo has pensado, y en momentos hasta parece que no es tan complejo como parece; sin embargo no sabes lo que te espera si lo haces así, en serio. Aunque el entusiasmo y toda la euforia por el gran día te hagan pensar que esta es la mejor decisión que puedes tomar para que todo fluya de la mejor manera, mejor sigue leyendo y descubre por qué planear la boda tú sola no es la mejor idea del mundo. ¡Toma nota!
A ver, aquí tengo que hacer una advertencia antes de que continúes con la lectura: hay chicas que son demasiado organizadas y tienen una capacidad brutal para aguantar el estrés; si tú eres de ellas y de plano estás convencida en organizar la boda por tu cuenta, no es necesario que me hagas caso. Ahora, si estás en el polo opuesto, no estás convencida de hacerlo sola y además estás segura de que puedes caer en una ola brutal de cientos de emociones multiplicadas, tú sí checa las razones que te doy para que tomes una mejor decisión antes de que sea demasiado tarde.
1. En serio no es fácil
Quien te haya dicho que organizar una boda por tu cuenta es lo más sencillo del mundo, seguro no te estaba poniendo atención o de plano andaba en otro mundo. No es por desanimarte, pero no puedes imaginarte todos los aspectos que deberás tomar en cuenta: elaboración de presupuestos, firma de contratos, citas, cotizaciones, confirmación de invitados, scouting a las locaciones que elijas, coordinación del gran día… todo forma parte de la planeación y, de hacerlo tú sola, tendrás que enfrentarte a todo esto sin ningún tipo de ayuda. Si, por el contrario, contratas a una wedding planner que te eche la mano, entonces tendrás que enfocarte en lo que verdaderamente sea importante y no tendrás que acabarte la vida antes de tiempo.
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2. Tus emociones estarán vueltas locas
Imagínate. Ya decidiste planear la boda sola, tienes que hacer mil citas en las boutiques para probarte el vestido de novia, vas con mil pendientes en la cabeza, te pruebas el indicado y, en vez de sentirte extasiada por lo linda que te ves, tu cabeza solo se mantiene enfocada en todo aquello que te falta: llamadas a proveedores, visitas, pruebas, citas, etc. Si te armas un equipo de apoyo no solo tendrás una fuente de sustento cuando te sientas más nerviosa, sino que también podrás ayudarte del profesionalismo de cada uno de ellos con el fin de que no te preocupes por nada y, al contrario, vivas al máximo todo lo que rodee los meses previos al “sí, acepto”.
3. Si no eres buena con los números ¡sufrirás!
Eso de armar presupuestos, hacer negociaciones, saber qué porcentajes tienes que pagar… ¡es demasiado! Si no eres una persona muy organizada y, además, de plano no se te dan los números (bienvenida a mi mundo), seguro que querrás pensar dos veces más el hecho de planear la boda tu sola. Con la ayuda de un experto en la organización, todos estos temas estarán cubiertos, no tendrás que preocuparte por ellos y, por supuesto, tendrás toda la asesoría necesaria para que tengas claro qué debes de pagar, cuándo, en qué momento, etc.
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4. Elegir proveedores no es sencillo, y menos si no conoces a nadie
Si empiezas con la organización de la boda por tu cuenta, te toparás con que hay mil y un opciones de profesionales de la industria y, aunque no lo creas, no todos ellos serán los indicados para estar como proveedores en tu día. Tendrás que revisar portafolios, concretar citas, platicar con ellos, saber cómo trabajan, etc. En cambio, si te apoyas con un experto wedding planner, él o ella podrá ayudarte recomendándote con quienes ellos ya han trabajado y, ya de entrada, no tendrás que perderte entre toda la oferta.
5. ¿Pero qué necesidad?
Sí, así como decía Juan Gabriel, “¿qué necesidad?” En serio no es necesario que te metas en una aventura que, probablemente, ni siquiera quieras vivir. Aunque parezca de lo más atractivo, aunque tengas muchísimas ideas en todas las redes sociales, aunque seas la persona más organizada, aunque tengas la mejor resistencia ante la frustración y aunque jures que puedes hacerlo, la realidad es que el proceso de planear una boda está concebido para que tú, la novia, lo disfrutes al máximo y no para que termines vuelta loca con todo lo que implica. Antes de cualquier otra cosa, mejor asegúrate de tener a tu mano derecha un experto que se haga cargo de los detalles y tú… ¡vive al máximo este proceso!
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Antes de tomar la decisión, por fa solo hazme caso aunque sea un poquito. Porque quiero que disfrutes de tu gran día y porque no tiene nada de malo pedir ayuda a los profesionales, te recomiendo que cheques estas razones y que te des la oportunidad de apoyarte con un equipo buenísimo. Sin duda, una situación win-win.
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