Uno de los temas que causa mayor confusión a la hora de organizar una boda es, sin duda, el hecho de tener damas de boda. Por lo general, las mujeres elegidas para llevar a cabo esta tarea son allegadas de la familia, o bien, amigas de toda la vida que, de acuerdo contigo, merecen estar y compartir cada uno de los momentos de ese “sí, acepto”. Aunque la tradición se ha llevado a cabo por muchísimos años, cada vez son más las mujeres que deciden olvidarse de estas integrantes con el fin de hacer más dinámica la boda en todo sentido. Los millennials, sin duda, se han dado a la tarea de construir esta tendencia que, ahora, se consolida como una gran opción para quienes tienen miles de nombres en una lista y no saben a quién elegir o no. Acá te cuento a qué puedes enfrentarte si no eliges damas de boda.
ADVERTENCIA: Este es un texto meramente orientativo. Ya sabes que yo soy la primera en recomendarte que hagas lo que quieras, sobre todo al tratarse de un día que te pertenece 100%. Ahora, si tienes dudas en este tema en específico, estoy segura que de algo te servirán estas recomendaciones.
1. Adiós al estrés
A ver, con esto no quiero decir que el tener damas de boda te genere un estrés infinito, sino que las exigencias son considerablemente menos cuando no tienes que dirigir a tanta gente al mismo tiempo. Acéptalo, seguro solo de pensar en que tienes que elegir un vestido para ellas, coordinarlas para todos los ensayos, ponerte de acuerdo con sus horarios y mantener una buena vibra ente todas, tu cabeza empieza a doler un poquito. Puede que tengas al equipo de apoyo más cool de la historia, pero si crees que es mejor controlar todo tú o llevarlo a cabo sin opiniones extra, también es válido que le digas adiós a las damas de boda. Eso sí, el hecho de no tener damas no quiere decir que no las puedes elegir de madrinas, ¿eh?
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2. Adiós al… ¿quién sí y quién no?
Si te pudiera recomendar algo es que, de tener damas de boda, elijas siempre a las chicas que forman parte de tu familia. Ellas, al final del día, siempre estarán presentes y formarán parte de tu historia con el paso de los años. Ahora, si no tienes tantas mujeres en la familia y no estás convencida de que tus amigas de la universidad sean tus damas de boda, entonces no tienes por qué hacerlo. Una de las grandes ventajas de no tener damas es justo esa… ¡no te tienes que preocupar por los compromisos! Aquí no importará si eliges a una y a otra no, podrás olvidarte de los conflictos innecesarios y, además, disfrutarás de la tranquilidad de tenerlas a todas de invitadas y sin la necesidad de que tengan ciertas responsabilidades contigo. Así, cada una podrá disfrutar de la fiesta, de su novio y de unas copitas extra, sin que tengas que estar al pendiente de ellas.
3. Adiós a las inconformidades
Si vives en un mundo perfecto, en serio, no sabes cuánto te envidio. Ahora, si eres de las mortales como yo, seguro puede haber un momento en el que los roces se hagan presentes con las damas de boda. Esto es completamente normal, pero tampoco es manda para que tengas que pasar por eso a fuerza. La elección del vestido, la tela exacta, los accesorios, el diseño, los colores… todo podrá quedar en el olvido si decides no tener damas de boda y elegir a un cortejo más normal. Si has elegido un vestido específico para cada una de ellas, no tendrás que soportar las inconformidades en torno al tono que has escogido, el tipo de diseño, el corte, etc. Conclusión: serás un poquito más libre.
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4. Bienvenido al… ¡disfruten todos!
Acéptalo, si consideras tener damas de boda, seguramente todas ellas deberán tener un papel específico en el día de tu boda, ¿o no? Aunque la tradición marque que este es el camino correcto, la realidad es que en tu boda puedes poner las reglas que tú quieras, así que no es necesario depender de estos personajes. ¿La ventaja? Todas tus invitadas disfrutarán al máximo de tu boda, sin preocupaciones, sin pendientes, sin roces entre ellas, sin responsabilidades extras… ¡simplemente vivirán al máximo contigo!
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Yo sé que parece algo extraño el simple hecho de pensar en despedirte de tus damas de boda, pero no tengas miedo en probar con ideas distintas para tu gran día. Sigue acompañándote de esas amigas que han marcado tu vida, haz parte a tu familia de cada momento y no te claves en poner etiquetas en aquellos que vivan al máximo junto a ti el “sí, acepto”. Conclusión: tú decides, pero en serio… no es necesario tener damas de boda. ¡Tómalo en cuenta!
Fotos de Jonathan Guajardo, Ana Luisa de la Torre, Carotida Photographer y Sacramentos Fotografía
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