Siempre que asistimos a un evento que conlleva algo de protocolo puede que lo que se haga y se piense no coincidan. En realidad, existe la posibilidad de que sea uno de los momentos en los que la falsedad nos rodea, de la mano de la educación y el siempre quedar bien. A pesar de todo ello, aquí hemos decidido ir mas allá y analizar esos pensamientos que a todos nos han llegado en algún momento durante una boda, a pesar de que esté prohibido decirlos. ¿Te ha pasado?
“¿Qué onda con el look de los novios?”
El gran outfit que los novios eligen para el gran día no siempre es el adecuado. Créenos cuando te decimos que el estilo no es una característica o virtud con la que se nace; ni siquiera es fácil de adquirir y existen personas que jamás se han topado con él. En vez de mentir al respecto, mejor no hables siquiera del tema. Tampoco es necesario que saques comentarios fuera de lugar.
“Ya llegó el invitado random con su discursito”
Un gran error cuando se cuenta con una ceremonia con libertad de participación. Además, si los novios tienen un particular sentido del humor, seguramente las posibilidades de que aparezca ese invitadillo aumentarán, inclusive podría ser que en el fondo suene tu nombre y tengas que ir a dar un discurso ¡sin preparar!
Aquí lo importante es pensar rápido en algo lindo para el público y, sobre todo, los novios. Haz referencia a ellos sin que el momento te haga decir cosas impropias o fuera de lugar.
“¿A qué hora termina?”
Si la celebración es en iglesia, probablemente se alargue más de lo que podrías soportar. Por lo general en las bodas civiles esto no sucede, pero siempre te pueden sorprender. Aparte de lo protocolario, puede existir música en vivo que en ocasiones alarga demasiado la celebración, e incluso puede verse presente el discurso del que ya platicamos, o peor aún: varios discursos.
“Ni van a durar casados”
A pesar de que el tiempo puede variar, puede que exista el invitado que considere que dicho matrimonio no va a durar. Tal vez te haya tocado presenciar momentos incómodos con la pareja, pero ten cuidado con quién compartes tu opinión. Nuestra recomendación es que mejor te lo guardes para evitar momentos incómodos.
“Qué mala estuvo la comida”
Cuando a atención se refiere, lo más importante de una boda es la comida. Esto es definitivamente de las primeras cosas que los invitados recordarán. No te sorprendas si el cocinero no tiene el cuidado de un Master Chef; por lo general la calidad de la comida no es la mejor, así como la del mobiliario.
“¿Cuándo terminan sus celebraciones tradicionales?”
Existen todo tipo de bodas, desde las más tradicionales hasta las más actuales (como las que aquí en Zankyou te mostramos). A pesar de ello, existen eventos que siguen el tradicionalismo de las bodas de hace siglos. Probablemente aún quieran llevar al novio al baño a desnudarle, después de que avienten la liga. Tienes de dos opciones: o te mantienes al margen sin decir nada… o te unes y quedas bien. ¡Tú decide!
“Puro vino corriente”
Por lo general, las bodas ofrecen barra libre. Es por ello que en ocasiones las marcas de lo que te ofrezcan no sean de alta calidad; esta también dependerá de su presupuesto, así que si no cumple las expectativas mejor no tomes y evita los comentarios incómodos.
“¿Y esto para qué sirve? (haciendo referencia a algún regalo que dieron a los invitados)”
Jamás se le comentará a los recién casados que ese detalle no te servirá de nada. Sonríes, lo guardas y te quedas el comentario. A pesar de que no te gusten los regalos, estás en el evento por otro motivo así que disfruta.
“¿Y esté DJ de tardeada?”
El tema de la música es complicado. No siempre se puede complacer a todos los asistentes, así que lo mejor es elegir entre distintos géneros para lograr armonía y equilibrio al momento del baile. A pesar de que lo más normal es un orden iniciando con cumbias o reggaeton, y terminar con rock de toda la vida… puede que el DJ no sea el mejor y termines con horas de canciones oldies o, peor aún, que ni conoces. Intenta bailar un rato y disfrutar del momento.
La educación va por delante. INDEPENDIENTEMENTE DE LO QUE PASE, te lo guardas y sonríes. Eso no quiere decir que no vayas a tener anécdotas que después puedas compartir sin decir los nombres de los novios. ¡No les expongas!
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