Entiendo que el simple hecho de organizar una boda puede convertirse en una odisea impactante. Hay muchísimos pendientes que debes considerar, tareas que debes cumplir e ideas que debes aterrizar para que todo salga como siempre lo soñaste; sin embargo también existen esos pensamientos que, en vez de darte tranquilidad, llenan tu mente de dudas y críticas que no deberían de existir en un proceso tan lindo. Esta vez te invito a descubrir los 20 pensamientos que ninguna novia debería tener antes de la boda. Créeme, querrás tomar nota ¡de todo!
1. “Tengo que invitar a todo mundo”
No, la realidad es que no tienes que invitar a quien no desees. Parte importante del gran día es rodearte de las personas más cercanas, de aquellas que, de alguna u otra manera, han tenido un impacto claro en tu relación de pareja. Si de plano hace años que no la/lo ves, no te llevas muy bien con él o ella, o bien, no quieres verlo/a en el día de tu boda, mejor tacha su nombre de la lista de invitados.
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2. “Tengo que comprar el vestido de novia que le guste a los demás”
¡No! Por favor jamás lo hagas. Es más, te recomiendo que vayas sola a la prueba del vestido de novia. Con tanto nervio y emoción, lo más normal es que tiendas a dejarte llevar por lo que digan de ti en ese momento, y si hay algo cierto es que debes sentirte súper cómoda con tu vestido. ¡Compra el que te haga feliz!
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3. “Mejor ahorro y me maquillo/peino yo sola”
Aunque hay novias que pueden llevar la tarea a cabo como verdaderas profesionales, también es cierto que no todas tenemos maestría en aquello de la belleza. Lo mejor es que destines una buena inversión a este rubro, ya que solo así garantizarás que un profesional entienda lo que quieres para el gran día y lo haga tal y como lo esperas. ¡Adiós a los errores!
4. “¿Y si le pido las fotos a mi amigo?”
Si tu amigo es un fotógrafo profesional de bodas, ¡entonces no lo dudes! Ahora, si no lo es, entonces mejor deshecha la idea de una vez por todas. Dedica el tiempo necesario para conocer los portafolios de quienes más te gustan, pedir cotizaciones y verificar que se adapten a tu estilo. Créeme, el dinero que destines a esta parte de la boda, ¡valdrá muchísimo la pena!
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5. “Si mi boda no es cara, entonces no será bonita”
Si hay algo cierto y que puedo asegurar es que esta premisa es una de las más falsas ¡en la historia de la humanidad! La belleza del gran día no depende del dinero que inviertas en él, sino en la personalidad que logres crear en cada detalle. Si tienes un presupuesto limitado no te frustres, y mejor aprovecha el reto de sacar a relucir lo mejor de tu creatividad.
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6. “Yo puedo con la organización de la boda. Me la aviento solita”
¿En serio? ¡Piénsalo dos veces! El reto puede parecer muy fácil de tomar al principio, pero conforme pasan los meses te darás cuenta de que necesitas urgentemente la ayuda de un profesional. Para que te evites dolores de cabeza y días llenos de estrés, mejor contrata a un wedding planner que te ayude con todo.
7. “Mejor contrato lo más barato para no gastar de más”
Entiendo que la situación económica no es la mejor, mucho menos si tú y tu novio se harán cargo de todos los gastos de la boda, pero por eso es tan importante que hagan una lista previa con las prioridades de la boda. ¿En qué quieren gastar más y en qué prefieren ahorrar o buscar opciones más económicas? Elige las cosas en las que quieres invertir más, ¡y listo!
8. “No hay prisa, todavía tenemos tiempo”
Sí, hay muchos trámites de la boda que pueden esperar, pero ¡no te confíes! Toma tus precauciones para que no se te vayan las fechas clave: apartar la iglesia, entregar los papeles para el civil, tomar las pláticas prematrimoniales, apartar el lugar del banquete, hablar con tu fotógrafo para checar su disponibilidad de tiempos, etc. Todo tiene un plazo y hay que cumplir con ellos.
9. “La música no importa tanto”
¡Error garrafal! Tanto para la ceremonia religiosa como para el banquete de bodas, la música pondrá la personalidad perfecta en tu boda. Precisamente por eso, es importantísimo que te tomes el tiempo necesario para elegir al grupo, DJ, cuarteto o profesional que más te guste para amenizar el día de tu boda.
10. “Seguro nadie irá a mi boda”
Puede que eso ocurra, pero la verdadera pregunta que debes hacerte es la siguiente: “¿qué tiene si nadie va a mi boda?”. Aunque las probabilidades de que haya cero asistencia sean pocas, lo que sí debe quedarte claro es que la boda la disfrutarás con aquellos que sí hayan querido ir y, por supuesto, ¡con el amor de tu vida! Si hay faltas, no te concentres en ellas y disfruta de tu gran día.
11. “No creo que necesitemos hacer un ensayo con el cortejo”
¿Te cuento algo? Uno de los detalles que dictan la belleza de la ceremonia religiosa es la organización del cortejo nupcial, la armonía de la música y un ambiente en donde todo esté perfectamente planificado.
12. “¿Y si me veo fea en la boda?”
¡No! No hay forma en que una mujer enamorada se vea fea. Enamórate de cómo te ves, de tu sonrisa, del brillo en tus ojos y de esa seguridad que reflejarás en el gran día. Recuerda que solo te vas a casar una vez en la vida, así que olvida todas las inseguridades y confía en que te verás divina ¡de pies a cabeza!
13. “Si no tengo una boda igualita a la que vi en Pinterest no quiero nada”
Sí, a mí también me gustan las tendencias, amo ver fotos en Pinterest, tengo mis pizarrones cargados de mucha inspiración, pero eso jamás debe dictar el camino estético que tenga tu boda. Te recomiendo que no sueñes con una boda en la que haya todo lo que has visto en esas imágenes, y que mejor visualices un día que te represente ¡de principio a fin! Bodas genuinas, ¡siempre!
14. “Sí aguantaré los tacones todo el día”
La realidad es que no aguantarás los tacones, ¡en serio! Lo mejor es que anticipes un plan B para cuando ya no aguantes los pies, llevándote un lindo par de flats o tenis. De este modo podrás olvidarte de abandonar la pista de baile. No dejes de ver los zapatos de novia más cómodos para usar en tu boda.
15. “El menú que sea está bien”
El tema de la comida es uno de los más importantes, por lo que te recomiendo que te tomes el tiempo suficiente para elegir un menú que te encante. Cada vez existen más opciones con las que puedes deleitar el paladar: comfort food, hamburguesas artesanales, canapés, barras de quesos, sushi, platillos vanguardistas… ¡Todo es posible!
16. “Puedo poner cualquier canción para el primer baile de esposos“
Sí, claro que puedes poner la que sea, pero mejor piensa bien en una que los haya acompañado durante su relación. ¿Te acuerdas la primera vez que te invitó a bailar?, ¿qué canción estaban escuchando cuando se dieron el mejor beso?, ¿con cuál te diste cuenta de que estabas enamorada de él? Todo eso te ayudará a elegir la mejor y a que ese momento sea ¡espectacular!
17. “Me va a dar mucha pena si me caigo”
Créeme, este es uno de los pensamientos más comunes que tienen las novias (y de las pesadillas también), pero no dejes que tu mente sea consumida por esta idea. Lo más seguro es que no te caigas y que todos queden asombrados cuando te vean caminando hacia el altar. ¡Te vas a ver preciosa!
18. “Se me van a olvidar los votos”
No, tampoco se te olvidarán, y si eso pasa, ten por seguro que será un momento muy divertido. Si de plano dudas de tu capacidad de memoria, lo mejor es que le pidas a una de tus damas de honor que te detenga la hojita para que los leas con confianza. Si no van a hacer votos personalizados, nada más ponle mucha atención al oficiante para que no se te vaya lo que tienes que decir.
19. “Me muero si algo sale mal”
No te preocupes por ese tipo de detalles. Puede haber situaciones que no puedas controlar, pero lo más importante es que es el día de tu boda y lo tienes que disfrutar al máximo. Si de plano no me crees, checa cuáles son las 10 cosas por las que NO debes enojarte el día de la boda.
20. “Quiero TODO lo que hubo en la boda de mi amiga”
A ver, entiendo que las bodas son fuentes de mucha inspiración, pero también estoy segura que los gustos tuyos y los de tus amigas o familiares distan mucho de ser iguales. Lo mejor que puedo aconsejarte es que te tomes el tiempo necesario para diseñar la boda que TÚ quieras; aléjate de las tendencias, de las expectativas externas y crea el gran día soñado para ti (y para tu chico, claro está).
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