13 consejos de divorciados para no tener problemas en el matrimonio

Porque la experiencia de otros puede ayudarnos a encarrilar nuestra vida de pareja, atentos a los consejos de alguien que ha pasado por un divorcio.

13 consejos de divorciados para no tener problemas en el matrimonio
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Para el amor, las reglas no existen. Cuando amas a una persona, existen muchas cosas que estás dispuesto a hacer. El amor inspira a poetas, artistas, amantes, creativos, a todos. Es ese sentimiento que nos lleva a hacer cosas maravillosas, e inclusive algunas locas. Cuando estás en una relación, existen un millón de situaciones que pueden no ser perfectas. Esto definitivamente se acentúa cuando llegas al altar. Entonces, ¿qué puedes hacer para evitar errores irreparables en el matrimonio? He aquí una lista de consejos que nos da Laura Lafebvre, socióloga, LifeCoach y divorciada para que puedan llevar una relación con mayor armonía.

Índice de contenido

  1. Reconocer que tu familia inmediata es: tu pareja
  2. Lo que es “Normal y Válido” para ti, no necesariamente lo es para
    el otro
  3. Evita responder en forma pasiva agresiva
  4. No critiques a sus papás… ¡JAMÁS!
  5. “El respeto al derecho ajeno, es la Paz” B. Juárez.
  6. Libera tu necesidad de control
  7. Cambiar de opinión no es un delito
  8. El único responsable de cómo te sientes ¡eres TÚ!
  9. Sé gentil tanto de acción como de palabra
  10. Sin explicaciones
  11. Se vale equivocarse, y también reconocerlo
  12. La educación de los hijos le concierne solo a la pareja
  13. El responsable de la felicidad propia eres TÚ mismo

1. Reconocer que tu familia inmediata es: tu pareja

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Desde el momento que das el “sí quiero”, es importante que tengas muy claro que acabas de asentar los cimientos de tu nueva vida y de tu propia familia. Es común que exista una creencia inconsciente que te indique que le debes tu lealtad a tu familia de origen, y que es “tu responsabilidad” seguir satisfaciendo todas sus expectativas como cuando eras soltero(a). Laura nos cuenta que “esto es un grave error y puede llegar a ser un fuerte motivo de conflicto dentro de la pareja”.  Cuando uno de los dos o incluso ambos mantiene una relación con la familia de origen y esta se encuentra desequilibrada, es imposible que exista una verdadera sinergia en la pareja.

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2. Lo que es “Normal y Válido” para ti, no necesariamente lo es para el otro

¿Cuántas discusiones y malos entendidos nos podríamos ahorrar en general si de entrada reconociéramos que lo normal para alguien, puede ser completamente aberrante para alguien más? Aquí se trata de tomar en cuenta el contexto del núcleo familiar del que cada quien proviene. Laura nos comenta que es importante que su relación se base en empatía y compasión con el otro, lo anterior porque han sido criados por familias completamente distintas, con valores y prioridades variadas”. Generen sus propias reglas y reconozcan aquellas que pueden compartir. Lo importante es llegar al terreno neutral cuando se tengan desacuerdos.

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Foto vía Unsplash: Matheus Ferrero

3. Evita responder en forma pasiva agresiva

Si existe alguna situación que te molesta, la comunicación asertiva es la clave. Hay que poner las cosas sobre la mesa de manera respetuosa y clara en el momento; siempre y cuando estés en libertad de expresarte ampliamente, y sin espectadores. “Uno de los grandes problemas que a menudo crecen como bolas de nieve es debido a la falta de comunicación e inteligencia emocional en la pareja”, nos explica Laura. Por ejemplo: Te molestas porque tu pareja te hizo un mal chiste delante de alguien, y a la primera oportunidad “se la cobras” con una broma pesada, o ridiculizándolo(a) “para que aprenda.” Esta es una estrategia muy viciada y tóxica que conlleva el deterioro de la relación.

4. No critiques a sus papás… ¡JAMÁS!

Si quieres llevar la fiesta en paz, asegúrate de llevar esta frase presente en el corazón, cerebro, estomago, boca, ¡y todo lugar donde haga falta! No importa qué tan imperfectos creas que son, y cuanta razón tienes de hacerle ver a tu pareja lo ciego(a) que esta: ¡son sus padres y punto! Laura nos cuenta que mas allá de beneficiarte “con esta conducta, le estás clavando una estaca que se hunde lento al corazón de tu pareja y causa un daño emocional increíble que trasciende mas allá de ustedes, hasta sus hijos”.

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Foto vía Unsplash: Elizabeth Tsung

5. “El respeto al derecho ajeno, es la Paz” B. Juárez. 

“Es importante tener claro que cada uno de ustedes son personas completas, independientes y autónomas que han elegido compartir sus vidas”, nos cuenta Laura. En este sentido, no están obligados a convertirse en siameses y adherirse a las metas, gustos, hobbies, etc. del otro las 24 horas del día y los 365 días del año. Ambos tienen derecho a ser libres, decidir y perseguir sus sueños y metas personales. Es necesario acompañarse y apoyarse mutuamente, pero siempre es importante respetar los limites y deseos de cada uno.

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6. Libera tu necesidad de control

Que tema tan más complicado. Si eres un “control freak” por naturaleza, quizás esto te caiga como bomba. Las relaciones sanas se desarrollan con base en el amor, respeto comunicación, empatía, compasión, consideración, agradecimiento, honestidad, entre otras. Laura nos señala que si todo el tiempo estás buscando que tu pareja cumpla tus expectativas, que no cometa errores, que no diga cosas que a ti te parecen irrelevantes, que no voltee a ver a nadie, que se vista de cierta manera, o que satisfaga la exigencias sociales, lamento decirte que estas cometiendo un grave asesinato”. Lo que estás haciendo no es solo matar el amor de tu pareja, sino que también su espíritu, voluntad y con el tiempo su matrimonio.

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Foto vía Unsplash: Jason Thomas

7. Cambiar de opinión no es un delito

Típico que quedaron de asistir a una reunión y tu pareja decide que mejor no quiere ir porque no quiere ver a alguien, o porque simplemente ya no tiene ganas de ir. Entonces tu perfil maniaco-psicópata-endemoniado se prende y quiere ver sangre. “¡Esta no te la perdono!” Probablemente te sientas muy ofendido (a) e inclusive le digas hasta de lo que se va a morir. Inclusive puedes rematar con un “vas a ver cuando haya reunión con tu familia/amigos”. Te recordamos volver a leer los puntos 3 y 5 ahora.

Laura nos comenta que “es muy apropiado respetar los límites personales de cada uno y dejar que elijan libremente la carga de la culpabilidad”. Si sientes la necesidad de hacer sentir culpable a tu pareja de cómo te sientes con esto, pasemos al punto 8, y la toma de responsabilidad.

8. El único responsable de como te sientes ¡eres TÚ!

Si te tomas las cosas personales, sientes que te han ofendido, herido, lastimado y constantemente dices “me hiciste sentir” o “por tu culpa”, es una clara evasión de responsabilidad. “El culpar al otro de una emoción que tú sientes no es otra cosa que una táctica de manipulación muy arcaica, y aún en estos tiempos tan tecnológicamente avanzados, muy utilizada como medida de control en la relación”, nos dice Laura. Nadie es responsable de cómo TÚ TE SIENTES.

Si no tienes claro como tomar la responsabilidad de tu vida, existen muchas terapias, libros, cursos y demás herramientas que ayudan a desarrollar la inteligencia emocional. Laura considera que dada la relevancia de este tema, debería de ser tratada desde pequeños inclusive como una materia.

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Foto vía Unsplash: Jake Davies

9. Sé gentil tanto de acción como de palabra

No existe trago mas amargo que tener que pasarte todas las palabras y acciones agresivas de tu pareja. Transgresiones como estas son completamente tóxicas en las relaciones y pueden hacer daños irreversibles. Aquí existe una línea muy fina que jamás debería de cruzarse. Laura nos afirma que “una relación sana y amorosa no tiene necesidad de recurrir al uso de palabras altisonantes, vulgaridades, forcejeos, o mucho menos golpes.

Cuidado aquí: poner apodos a la pareja respecto de cualidades o zonas vulnerables también es delicado. Si le pones un apodo de cariño a tu pareja, busca que sea para elevar su autoestima y no para impulsar sus inseguridades.

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10. Sin explicaciones

“Ninguno de los dos esta obligado a dar explicaciones a la familia acerca de las decisiones tomadas en pareja” nos dice Laura. Este punto es básico para generar el respeto e independencia del matrimonio. No importa que los demás no estén de acuerdo. Si ustedes han tomado la decisión en conjunto pensando en su mayor bienestar, es mas que suficiente para mantenerse firme y sin explicaciones.

11. Se vale equivocarse, y también reconocerlo

Si cometes errores,  reconócelos, pide disculpas y en medida de lo posible rectifícate. Laura nos platica que “uno de los más grandes regalos que nos damos a nosotros mismos es el admitir nuestros errores y pedir perdón”. De esta manera estamos buscando reparar el daño y muestra fortaleza (por el contrario de lo que la gente cree). Así, logras reafirmar la unión con tu pareja. Es una manera de abrir las puertas a que las heridas emocionales curen y puedan dejarse atrás. A pesar de que el resultado no sea el esperado, pedir disculpas y reconocer errores jamás estará de mas. Lograrás cultivar tu humildad, honestidad e integridad.

12. La educación de los hijos le concierne solo a la pareja

No hay mucho que agregar en este punto. Laura con su experiencia en el tema nos dice que “es tu responsabilidad educar a tus hijos con base en los principios y valores que comparten tú y tu cónyuge”. En ocasiones es común que la familia inmediata quiera opinar e inclusive actuar. Al final, la última palabra queda en ustedes y todo lo que se enseñen a sus hijos será a través de sus reglas (regresen al punto 2).

13. El responsable de la felicidad propia eres TÚ mismo.

Tener una relación, o matrimonio en donde cedes todo tu poder y le cargas a tu pareja la total responsabilidad de tu felicidad, es una manera segura de auto-sabotearte y destruirte. No solo estás haciendo del terreno de siembra una tierra inerte, si no que te estas poniendo en el papel de víctima, que no tiene poder alguno sobre los resultados que genera. “El creer que tu pareja “tiene” que hacerte feliz, es una creencia errada, y por lo tanto, es falsa”. Es absolutamente necesario que cambies el chip respecto a esta creencia. Repite conmigo: “Yo soy responsable de mi felicidad”. Si tu idea acerca de quién, cómo, o cuándo, no incluye el hecho de que tomes responsabilidad de tus consecuencias (ya sean positivas o negativas), jamás podrás ser feliz en ninguna relación, no importa qué tan perfecto(a) sea tu pareja. La auténtica felicidad depende de una sola persona: Tú.

La experiencia es muy sabia y definitivamente Laura aprendió muy bien. Escuchar los consejos de alguien con experiencia es muy válido, sin dejar de lado que debemos vivir nuestra vida propia. ¡Adelante!

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