Adolfo Biaani hace fotografía de boda porque le gusta contar historias, ya sea escritas o mediante imágenes, por eso su estilo es documental. No busca retratar poses, quiere retratar las incontables emociones que ocurren en ese día único para cada pareja. ¡Pasa volando! Y lo que te quedará, puedes preguntarle a cualquiera, son las fotos. Él quiere que tengas esas fotos: donde lloran, donde ríen, donde se abrazan, donde se miran, donde se encuentran familiares que no veían hace tanto tiempo. Y quiere hacértelas él, honestas y hermosas, como deben ser.
Su filosofía de trabajo es simple: hacer lo que le gustaría que le hicieran. Hace las fotos que quisiera le hagan a su hija cuando se case. Por eso lo da todo y no maneja paquetes, pues prefiere entregarse todo y entregar todo.
El único paquete de bodas incluye una sesión preboda (al menos, pues él siempre prefiere hacer dos), la cobertura del día de la boda y una sesión posboda (¡con vigencia de hasta 99 años!). De cada sesión y de la cobertura, entrega todas las fotos, a color y en blanco y negro, en formato digital, en un plazo máximo de una semana, en alta resolución y sin marcas de agua. Él dice que no puede privarlos de su derecho a tener todas sus fotos y que ustedes escojan las que consideren mejores.