Yo como ustedes, estoy en esa hermosa etapa de planear una boda. Estoy feliz y muy emocionada, pero últimamente escucho una misma cantaleta por parte de todos aquellos que pretenden involucrarse en la organización: “debes hacer esto o aquello” o “es lo que se acostumbra”. Desde el principio decidí disfrutar cada etapa sin frustraciones, así que ignoro los comentarios, respiro profundo y sonrío para mí. Sin duda, las bodas han sido desde años atrás una costumbre para celebrar la unión entre dos personas, y aunque anteriormente las familias derrochaban dinero sobre todo para complacer a los invitados, me es grato saber que vivo en otra época.
Deben saber que estoy organizando mi boda con el todo el cariño que puedo dar a mis invitados, agradeciendo que tomen un tiempo para celebrar conmigo, pero intentando dejar mi esencia y la de mi pareja en cada detalle. Esto quiere decir, que he tenido que romper algunas tradiciones y costumbres e ignorar algunas imposiciones.
Con toda firmeza y seguridad les puedo decir que NO está mal. Tal vez quieran economizar, utilizar el dinero en otros detalles o simplemente omitir “esa costumbre”; sea cual sea la razón, sean REBELDES y atrévanse a tomar las riendas de su boda.
Aquí enlisto algunas reglas que me he atrevido a romper y otras tradiciones que si decides no tomar en cuenta, nada pasará.
1. El vestido de novia
Aunque no lo crean, el uso de un vestido blanco es una práctica relativamente reciente. En la Edad Media los vestidos de las novias eran vistosos, de colores rojo, verde o azul. Fue hasta el siglo XX que el blanco, “el color nupcial”, se convertiría en tendencia para las novias. Blanco significa pureza e inocencia, y por tanto virginidad.
Podemos decir, que un vestido de novia color blanco, perla o marfil, es un vestido clásico; sin embargo en la actualidad los diseñadores han apostado por cambios radicales creando vestidos de novia en colores pastel: rosa pálido, azul celeste o durazno.
Pero los diseñadores no han sido los únicos revolucionarios ya que hay novias intrépidas que se arriesgan, portando vestidos rojos o negros o bien, el clásico vestido blanco pero con algún detalle vistoso que resalte sobre todo por el color.
2. Las perlas
Una superstición romana cuenta que aquella novia que porte perlas el día de su boda será infeliz. Esto se deriva del parecido que tienen estas gemas con las lágrimas.
Mi idea no es convencerte de usar perlas, la idea es animarte a usar los accesorios que tu desees y que más te gusten. Esa costumbre de combinar todo de pies a cabeza es obsoleta, intenta con perlas, esmeraldas, rubíes, zafiros, oro o plata. Muchas veces las joyas tienen un valor sentimental así que úsalas sin temor a equivocarte.
3. Las Invitaciones
Ya hemos hablado sobre cómo elegir las invitaciones de boda y que cada vez son más frecuentes en su modalidad “digital”, y aunque una invitación impresa resultará un detalle más cálido para tus invitados, sobre todo los más grandes, utilizar la tecnología resulta muy conveniente.
Apuesta por esta opción, reducirá tus costos considerablemente y aunque no es convencional, con un buen diseño y plataforma, llamará la atención de tus invitados.
4. La sesión de fotos
Mi abuelita me decía “mijita, que no te vea el novio antes de la ceremonia por que se sala”. Y así crecí, con esa idea, hasta que me topé con un profesional de la fotografía.
Las cosas han cambiado, ya no buscamos fotografías de estudio, con poses, sino fotografías espontáneas que transmitan sentimientos y emociones. Por lo anterior, se sugiere hacer la sesión antes de la ceremonia. Se trata de destinar tiempo suficiente para captar la felicidad total de los novios. Además, los profesionales tienen una nueva propuesta: el primer encuentro, que es ese momento personal e íntimo que tendrán los novios de apreciar cada detalle de su pareja.
Nada se salará, y por el contrario, tendrás unas fotos increíbles y de ensueño. Toma nota de los tips para mantener la mejor vibra con tu fotógrafo de boda, de esta manera tus fotos quedarán justo como siempre las has imaginado.
5. El cortejo
Esta es una de mis favoritas ya que toma en cuenta, al cien por ciento, la situación de cada familia. Es decir, lo que puede funcionar para una novia, definitivamente puede no funcionar para otra.
Hay muchos tipos de familia, pero principalmente la nuclear (padre, madre e hijos) y la consanguínea, que son las que se consideran para definir el cortejo. Lo cierto es que solo tú sabes quién merece estar o no estar.
Aunque la novia normalmente entra a la iglesia del brazo de su padre, tu puedes decidir quien ocupará este lugar. Puedes respetar la tradición o entrar con tu mamá y papá o incluso sola. A veces, cuando las personas faltan, hay otras que sin ser familiares de sangre, ocupan esos roles en nuestra vida. Comparte este gran momento con esa persona que te sostendrá no solo en la entrada a la iglesia, sino el resto de tu vida.
6. El banquete
Lo usual es contratar un banquete que ofrezca menús o platillos predeterminados; sin embargo ahora puedes optar por barras (pizza, ensaladas, antojitos), bufetes e incluso espadas brasileñas. Estas opciones ya son conocidas por varios proveedores así que busca a algún experto que te oriente para ofrecer a tus invitados una deliciosa propuesta.
7. El pastel
¡Di no al pastel! Alguien me dijo que el pastel es algo que los invitados piden pero, ¿qué pasa si simplemente no hay? ¡Ojo! Si será necesario que tengas una propuesta dulce, pero no necesariamente tiene que ser un pastel. La mayoría de los banquetes, dentro de sus menús, tienen como último tiempo un postre, que, acompañado con una taza de café será suficiente.
Otra idea genial es montar una mesa de dulces o postres, te aseguro que tus invitados quedaran encantados con toda la variedad que encontraran.
8. El primer baile
El vals de novios es el primer baile que harás con tu ahora esposo y aunque la tradición marca que debe ser un baile de lento compás, algunas parejas han optado por canciones más movidas o incluso coreografías que sorprenda y abran pista.
9. El ramo
La costumbre de lanzar el bouquet de flores se originó en el siglo XIV en Francia dónde se creía que “obtener” pedazos de la vestimenta de la novia era de buena suerte. La atribución de buena suerte al ramo de novia se mantuvo y con el tiempo se transformó en un recuerdo de boda exclusivo para las mujeres solteras que asistían a la boda.
Lo típico es el famoso “lanzamiento del ramo” pero, ¿por qué no sorprender tus damas con una nueva dinámica? Ya existen algunos juegos que cambiarán la tradición de aventar y cachar el ramo. Por ejemplo, puedes colocar tu ramo en una caja transparente cerrada con un candado y repartir algunas llaves entre tus invitadas solteras que deberán pasar, una a una, a intentar abrir la caja para apoderarse del ramo.
10. La luna de miel
La historia más relatada del origen de la luna de miel se remonta a Babilonia, donde se acostumbraba que el padre de la novia debía proveer a su yerno, durante el primer mes de casados, de cerveza de miel. Otra de los orígenes data de los teutones quienes celebraban sus bodas sólo bajo la luna llena. Luego de la celebración, los novios acostumbraban a beber licor de miel durante 30 días, para asegurarse una vida dulce y una familia prolífica.
En la actualidad, la luna de miel ha tomado otro sentido. Es el momento de pasar un tiempo a solas, haciendo a un lado el estrés de la planeación y organización de la boda y olvidando, por unos días, las actividades cotidianas.
¿Cómo romper esta tradición? Es innegable que un viaje en pareja es una experiencia única, pero no fuerces los tiempos. Tal vez un viaje inmediatamente después de tu boda no sea la mejor idea , todo dependerá de sus trabajos, obligaciones y responsabilidades. Planeen juntos y encuentren el mejor y más conveniente momento para escaparse con toda la paz y tranquilidad. Otra opción es planear una luna de miel dentro de México, nuestro país es de los más admirados y visitados del mundo, además si cuentan con pocos días para viajar, un destino dentro del territorio nacional puede ser la mejor opción.
Sea como sea, recuerda que el día de la boda los únicos protagonistas son tu pareja y tú. Así que tomen las riendas de la organización y hagan las cosas a su gusto. Si realmente intentan reflejar su estilo y personalidad en el gran día, los invitados disfrutarán viéndolos felices.
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Foto: Cheesiness, Uriel Mateos, Sebastián Anaya, Andrea Mancilla, Kapco Photo, Jorge Kick
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