El “Polterbend” es una tradición alemana en la cual los futuros novios anuncian su gran día, los invitados llevan toda clase de artículos de porcelana (desde una inocente taza, hasta un retrete), para después romperlos en la parte delantera de la casa donde esté residiendo la novia, esto con la creencia de ahuyentar malos espíritus. Está totalmente prohibido romper artículos de cristal, pues simbolizan la felicidad y tampoco está permitido romper espejos, por aquello de “la mala suerte”.
Ahora quizás te preguntes ¿quién limpiará tremendo reguero? Pues sí, nada más y nada menos que los novios. Acto seguido, sé que darás gracias a Dios, al universo, a la Pachamama, o a todos estos juntos, por no haber nacido en Alemania… ¡ufff!
El punto aquí es que a través de esta actividad, los novios pasan un tiempo juntos sumando esfuerzos para un objetivo en común, lo cual deja entrever el apoyo y la cooperación por parte de ambos: si se lo toman con humor, se estresan, se fatigan, se energizan, trabajan por su cuenta o en equipo, etc.
Citaré un proverbio que me encanta porque es totalmente cierto : “De la abundancia del corazón habla la boca”. No hace falta ser el más erudito de los psicólogos para entender que aún las cosas más profundas de nuestro ser, se ven reflejadas no sólo en nuestras palabras, sino en nuestros actos y decisiones.
Una pareja que ha tomado la decisión de comenzar una vida juntos, se convierte automáticamente en la gestación de una pequeña familia. En la mayoría de los casos, su primer ensayo de vida será la organización de su boda, en la cual revelarán determinantemente sus fortalezas o debilidades. Emocionante, ¿no?
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Aunque la organización de una boda suele ser estresante, puede funcionar como una especie de radiografía que muestra el funcionamiento de tu relación, pues básicamente se trata de trabajar en equipo y bajo presión. La presión es un ingrediente normal y necesario, hace que las cosas sucedan, no te asustes.
Cuando trabajamos bajo presión, somos como un tubo de pasta dental, lo que tenemos en nuestro interior, hasta lo más oculto, eso es lo que sale, nada más y nada menos que nuestro verdadero yo. Aquí es donde debemos poner atención.
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Por ejemplo, hay personas que al trabajar en condiciones limitadas de tiempo, o con sobrecarga, permanecen en una calma increíble, es porque realmente son de esa manera, y lo más probable es que sepan manejar situaciones con mayor presión.
Las decisiones que tomes durante la organización de tu boda, hablarán muchísimo de quién eres como persona y quién eres tú, junto con tu pareja. Durante esta etapa de transición puedes reflejar si temes o no a los riesgos, qué tanto trabajas para darte gusto a ti misma o incluso a otros por encima de ti misma, qué tanta importancia le das a la opinión de tu pareja, a la de tus padres, familia, amigos o gente que apenas conoces. ¿Qué tan fácil es tomar acuerdos con tu pareja?, ¿te abrumas demasiado rápido?, ¿qué tanto tomas en cuenta los gustos de tu pareja?, ¿qué tanto postergas?, ¿gastas de más?, ¿cómo te comunicas con tu pareja?, ¿sabes delegar?, ¿quieres hacer todo?, ¿te adecuas fácilmente a los cambios? Preguntas como estas pueden encender puntos rojos que tal vez debas afinar antes de que la aventura comience bajo un mismo techo.
Lo ilustraré con un ejemplo muy sencillo:
Pablo y Sara sueñan con una boda pequeña e íntima, en donde solamente sus amigos y familiares más cercanos estén presentes. No tienen mucho presupuesto, pero pueden cubrir sin problemas la boda que ellos idealizaron juntos.
Resulta que el padre de Pablo tiene una posición económica privilegiada y desea aportar dinero para la boda de su hijo (lo cual no tiene nada de malo). El problema viene cuando le pide un favor: agregar 20 mesas para sus invitados personales. Pablo y Sara se sienten presionados ante tal petición, se ven comprometidos por la ayuda económica que recibieron, además ¿cómo puedes decirle “no” a tu padre? Ahora Pablo y Sara se preguntan si adecuarse a una boda un tanto diferente a lo que planearon es una buena idea. ¿Tú que harías su lugar?, ¿no te importaría?, ¿tendrías algún conflicto significativo con tu pareja? ¿Si tu pareja se negara, la complacerías a ella antes que a tus padres?
Desde la perspectiva más simple, lo único que tienes que hacer es poner atención en aquello que te va a funcionar. Si como pareja, toman una decisión que en lugar de ayudar crea una brecha entre ambos y los hace sentir incómodos o distantes, será mejor que rectifiquen hasta que se sientan seguros, aún en los detalles más insignificantes, de esta manera no habrá presión que los lleve al borde de la locura. Recuerden que son un equipo, una futura familia, un nuevo núcleo con nuevas reglas, así que guardar la armonía y fortalecerse como pareja es lo mejor que pueden hacer.
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Las preguntas pueden ser muchas y cada pareja es un mundo, la buena noticia es que únicamente debes buscar un sólo resultado: el sano funcionamiento de tu futuro matrimonio. También te recomiendo: 8 formas efectivas para tener una boda memorable ¡de principio a fin!
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