Se vive para hacer los más grandes sueños realidad, ¿o no? Cada paso es fundamental en la vida, sobre todo cuando los caminos convergen para que te unas con esa persona que te ha robado el corazón por completo. No importa ni el lugar, ni las circunstancias, ni la forma o el fondo, simplemente se trata de hallar a quien le dará un toque muy especial al cuento de hadas que por tanto tiempo imaginaste. La boda de Mary Carmen y Daniel es así, un recordatorio de que siempre hay que buscar lo más elemental, aquello que dibuje una sonrisa y que agrande el corazón. No dejes de ver las fotografías de Orlando Padilla Photographer.
Menos es más
Cuando se trata de armar un estilismo que se base en la elegancia y el buen gusto, no hay nada mejor que apostar por un look en donde la austeridad y algunos acentos hagan la diferencia. Mary Carmen, por ejemplo, se decantó por un vestido de novia línea A con encaje; la falda se acompañaba de una cauda hermosa que la hacía lucir como una princesa, mientras que el cuello barco le daba ese toque atemporal increíble. Como accesorios, unos zapatos de novia Michael Kors en color crudo hicieron la diferencia, mientras que la dosis de color se hizo presente en un tocado de novia en donde las flores en tono blanco aderezaban ese precioso recogido por el cual apostó. Sin lugar a dudas, el ramo de novia fue uno de los acentos clave: un diseño redondeado con especies entremezcladas y con un lazo que añadía romance a toda su imagen.
En blanco y negro
Aunque los ojos se centran en la novia, la realidad es que los novios tienen que verse especialmente guapos el día de la boda, Daniel supo cómo lograrlo con un traje de novio muy elegante en color negro, el cual acompañó con la dosis exacta de accesorios en tendencia para que se viera espectacular y en armonía con su novia. El boutonniere, por supuesto, fue uno de los detalles que marcó la sintonía en la pareja.
Que empiece nuestro viaje
Los novios llegaron a la iglesia en la cual habrían de pronunciar el “Sí, acepto”. Ahí, ambos caminaron del brazo de sus padres hasta encontrarse frente a un retablo que dejaba maravillados a propios y extraños por sus acabados en oro y relieves. Mary Carmen y Daniel disfrutaron de una ceremonia tradicional, en donde el mensaje de un amor eterno fue primordial para acercarlos y hacerlos parte de algo más profundo; de ese caminar que se construye día a día para lograr una vida magnífica y llena de sorpresas. Al término, los novios salieron de la iglesia con una gran sonrisa en el rostro, muestra de esa magia que sólo se hace presente cuando encuentras el verdadero amor.
Baila conmigo
El Ex Convento de Regina fue el lugar indicado para celebrar el amor entre Mary Carmen y Daniel. Ahí, una decoración con tonalidades turquesa, aqua y verde se dejaba de manifiesto en los montajes de las mesas, mientras que la decoración con velas mostraba la calidez del banquete, y por supuesto, las letras iluminadas se convertían en uno de los puntos focales de esta gran celebración. Además de quedar maravillados con el diseño de la mesa de postres, en esta boda no faltó esa dosis de romance que se hace posible en los minutos del primer baile de esposos. En medio de la pista, ambos se dejaron llevar por una melodía que los hizo encontrar, en la música y en ellos mismos, un mundo paralelo hecho sólo para los dos. ¡Todo un deleite!
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Fotografía: Orlando Padilla Photographer | Getting Ready: Hotel St. Regis | Locación: Ex Convento de Regina | Wedding Planner: Details of Elegance
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