Nadie, absolutamente nadie, puede negar que elegir el vestido de novia es una de las tareas más difíciles de la planeación de la boda. Todas las chicas sueñan con un modelo que las haga lucir espectaculares, ¡y no es para menos! Ponte a pensar: pasarás más de ocho horas con él puesto, todas las miradas estarán sobre ti, tendrás fotografías que enmarquen ese día para siempre y será un diseño que te acompañe por siempre… ¡Imagínate! Precisamente por eso, no puedes quedarte con uno que no te haga suspirar, sonreír y que haga brotar unas cuantas lágrimas, ¿estás de acuerdo? Pon atención y descubre las 9 señales claras y fehacientes de que NO es tu vestido de novia perfecto. ¡Toma nota!
1. No te sientes 100% cómoda
Este punto ¡grábalo en tu memoria, por favor! Cuando vayas en la búsqueda del vestido de novia perfecto, es vital que te sientas extremadamente a gusto con el diseño que has elegido. Debes tener la facilidad de moverte, de levantar los brazos con la seguridad de que no habrá ningún tipo de accidente, de respirar sin dificultades, y mil etcéteras más. Si de plano, por más cambios que se le hagan, no te sientes cómoda… ¡Déjalo y corre! Ponte a pensar que no querrás pasar el día más especial de tu vida con un modelo que te haga miserable en esa fecha.
2. No es para nada tu estilo
Estás rodeada de muchísimas tendencias en vestidos de novia, pero no por ello debes decantarte por incluir todas o alguna de ellas en ese diseño mágico. Sin importar si está de moda el tul, el encaje, los escotes palabra de honor, los cuellos ilusión o las faldas voluminosas, lo más elemental es que inviertas en un vestido que vaya ad hoc completamente con tu esencia, con tus gustos y, por supuesto, con el estilo que siempre has tenido. ¿Se vale experimentar? ¡Por supuesto! Pero no cometas el error de comprar un modelo que no tenga nada que ver contigo… Lo ideal es que todos, incluso tú, reconozcas tu personalidad a través de ese diseño tan hermoso.
3. Te ves y no te reconoces
Este punto está muy ligado con el anterior, y es que uno de las señales más evidentes para saber que NO es tu vestido de novia es que no te sientes tú misma. ¡Así es! Es muy importante que puedas verte al espejo con la seguridad de que ese modelo refleja, a la perfección, quién eres en realidad. Las novias genuinas, aquellas que respetan su estilo en cada parte de su look, son quienes reflejan la mayor de las alegrías en su boda. ¡Conviértete en una de ellas!
4. Es demasiado caro y no te parece correcta la inversión
Si no estás dispuesta a gastar tanto en un vestido de novia, lo mejor es que busques otras opciones más económicas. Créenos, uno de los peores errores es quedar en la bancarrota o desperdiciar parte del presupuesto de la boda en un vestido de novia ¡que ni siquiera te gusta! La inversión puede ser alta, pero si el amor que le tienes al vestido de novia es prácticamente infinito, entonces valdrá la pena. No compres algo sólo porque está de moda, porque es lo que tus amigas esperan o porque serás infeliz si no gastas toda tu fortuna en ese diseño; mejor mantente apegada a tus posibilidad y encuentra un modelo hermoso ¡especialmente hecho para ti!
5. Tu familia está más contenta con él que tú
¡Pon muchísima atención en este punto! Si tus amigas o familiares están más orgullosas del modelo que compraste en vez de ti, igual es momento de replantearte la idea de comprarlo o no. El punto de que inviertas en un vestido de novia es que no puedas esperar el momento en el que te verás con él puesto, y si ese no es el caso, mejor sigue buscando hasta encontrar el modelo que te robe el aliento en segundos. Las presiones de quienes están a tu alrededor pueden hacerte dudar, pero mantén la cabeza fría para no escuchar y poner atención únicamente en tus deseos. Si es necesario probarte otros tres vestidos… ¡Hazlo!
6. Te gusta pero no mueres por él
El vestido de novia que elijas para tu boda debe ser mágico y, por supuesto, debe despertar en ti un amor absoluto. Busca incansablemente ese diseño que te haga sentir perfecta, enamorada y lista para iniciar la gran aventura de tu boda y matrimonio. Recuerda que las fotos de boda estarán ahí por siempre, así que piensa con qué modelo te gustaría verte y recordarte para siempre. Descubre: Vestidos de novia color champagne. Porque no solo de blanco viven las novias.
7. No tiene nada que ver con tu boda
¡Otro punto vital! Muchas chicas no lo toman en consideración, pero la realidad es que tu vestido de novia debe ir en sintonía con toda la estética de tu boda. La elección del modelo dependerá de la temática o decoración que has elegido: rústica, shabby chic, elegante, moderna, bohemia. Es muy importante que lo tomes en cuenta, porque estamos seguras de que no querrás desentonar con tu propio día.
8. Sólo lo quieres porque está barato
Otro error muy común… Comprar el vestido de novia únicamente por su precio, ¡no lo hagas! Si sólo ese es el único motor para empujarte a adquirirlo, te recomendamos que lo dejes y sigas en la búsqueda por otro que cumpla con todas tus expectativas. No dejes que el precio sea el que te lleve a comprar el vestido más importante de tu vida; mejor decide con anticipación cuánto vas a gastar y enfócate en un diseño que te haga soñar. Si lo compras sólo por el precio que tiene, lo más seguro es que no sea el indicado para ti.
9. No ensalza tu belleza natural
Sí, es muy importante que tomes en cuenta el estilo de novia que tienes, pero también la figura que posees. Si eres chaparrita, alta, gordita, delgada o con mucho busto… Todo ello dependerá para que elijas un vestido de novia que realce todo lo que eres ¡de pies a cabeza! Puedes decantarte por un vestido de novia corte imperio, o bien, uno con escote en la espalda para presumir esa parte de tu cuerpo. Si tienes unas piernas de impacto, no dudes en elegir un vestido de novia corto y para convertirte en la novia más sexy, las transparencias serás tus mejores aliadas.
Así que ya lo sabes, toma en cuenta estas nueve señales y no te detengas hasta encontrar el vestido de novia con el que tanto has soñado. Si necesitas más ayuda, también te recomendamos:
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Fotos de Juan Luis Photographer, Arturo González, Pablo Saracho y Mauricio Alanis
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