6 preguntas que debes hacerte para saber si debes o no debes de ir a una boda

Nuestro mejor consejo es que no te dejes llevar únicamente por el "qué dirán", y aquí te compartimos el porqué.

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Nadie en su sano juicio podría decir que las bodas no son especiales. Y es que resulta prácticamente imposible hacer una aseveración de ese tamaño, cuando estás frente a una fiesta en la que todo mundo podría estar invitado. Sí, son esos días en los que vuelves a ver a tus tíos de los que no conocías ni su existencia, o cuando te topas con esa prima a la que dejaste de ver cuando tenía 2 años y que ahora ya es toda una señorita. Pasa de todo en las bodas, y aunque nadie se quiere perder ese momento con los novios, también es importante poner un poco de pausa y hacerse 6 preguntas importantes para saber si la asistencia de uno es verdaderamente requerida. Si aún tienes invitaciones por confirmar, es mejor que leas esto antes que nada.

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Foto: Yessica Cruz

1. ¿Cuántas veces se han hablado en el último año?

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A ver, aquí es muy importante dejar en claro que no vale esa felicitación de dos palabras que te dieron por Facebook el día de tu cumpleaños, sino la última plática seria que tuvieron ustedes dos juntos. Si su relación encuentra su barrera en los mensajes ocasionales en el WhatsApp o en redes sociales, pero realmente no saben qué es de su vida ni a dónde los llevó el destino después de la universidad, entonces es mejor que ni siquiera te tomes la molestia de confirmar tu asistencia. Y ahora mismo te estarás preguntando “oye, pero seguro me invitaron para que comparta este momento con amboda”… Piénsalo dos veces. Si ya has estado en la parte de organización de una boda, seguro también te tocó anotar nombres en la lista por puro compromiso.

Muchas veces la guía para mandar invitaciones se basa en esa conexión de hace años con las personas, más que en la verdadera importancia de que los invitados estén con los novios. Créenos, si fuera por ellos, no sólo te quitarían a ti, sino también a más de la mitad de la lista.

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Foto: AsFoto

2. ¿La invitarías/invitaste a tu boda?

Aquí entramos en un tema turbio, y es que si la persona que ahora se va a casar sí fue a tu boda, entonces lo más natural es que tú también te presentes en la suya. Ahora, si aún no te vas a casar, pero dudarías en escribir su nombre para que fuera a tu gran día, ¡ahí está tu respuesta! Si de plano su ausencia no te importaría en lo más mínimo, puedes estar segura de que él o ella piensan lo mismo sobre ti, y más si su relación de “amistad” hace mucho dejó de existir. ¡Ojo! No queremos que saques conclusiones adelantadas, pero sí que analices bien la situación y que, con toda honestidad, decidas qué es lo mejor… ¿Ir o no ir a la boda? He ahí el gran dilema de la historia. 

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Foto: Sergio Quezada

3. ¿Te llevas con alguno de sus amigos o familiares?

Si tu lista de amigos en común se basa en aquellas experiencias de la secundaria y la preparatoria, tampoco te fíes de que los allegados sigan siendo los mismos. Además, nuestra mejor recomendación es que te preguntes si de verdad conoces a su familia, si has pasado suficiente tiempo con ellos, si tienes algún tipo de relación con sus nuevas amistades o si has sido parte de la transformación que ha tenido en los últimos años. De no hacerlo así es muy probable que termines en la boda aburrida y sin nada que hacer o sin nadie a quien acercarte (claro, con sus excepciones). Y es que eso de estar entablando conversaciones forzadas solo para no dejar silencios incómodos mientras dura el banquete, ¡es lo peor! Ya que estás segura que su relación ha cambiado por completo, lo mejor es que avises que no vas y que te quedes cómoda en tu casa.

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Foto: Daniel Ramírez

4. ¿Tienes dinero?

Esta pregunta puede parecer de lo más extraña, pero no tienes idea de cómo ayuda para resolver la duda de si ir o no a una boda. Pueden pasar dos cosas: 1) que los novios sean tus mejores amigos y que te gastes absolutamente todo el dinero que te queda sin importarte nada ni nadie o 2) que vayas en un mal rato económico, que no te lleves tanto con los novios, que vayas y que todo resulte en un gasto innecesario. Y aquí es muy importante aclarar que no es que la persona no merezca tu asistencia, pero si de plano te las estás viendo negras para pagar la renta y además la boda va a ser destino y tienes que hacer muchos gastos en el regalo y tu vestido de fiesta, entonces lo mejor será que te la pienses dos veces. En serio hay momentos en los que vale la pena ser egoístas.

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Foto: Memo Márquez

 5. ¿Te va a doler no haber estado ahí?

Seguro te has dado cuenta de que en tu Facebook cada vez te topas con más amigas y amigos que han decidido casarse y que no te invitaron a su boda. Puede ser que te duela momentáneamente, pero si lo piensas a fondo, seguro que tampoco te hubiera importado tanto estar con ellos en la boda. Con tan sólo un comentario de “felicidades” o “que sean muy felices” habrá bastado y sobrado, ¿no crees? En este caso pasa exactamente lo mismo. Si te va a pesar muchísimo ver las fotos en redes sociales y no verte ahí, entonces ¡ve a la boda! Ahora, si de verdad no te importa en absoluto… Ya sabes qué es lo que tienes que hacer. Antes de dejarte llevar por el compromiso y ser un invitado más, mejor piénsalo dos veces.

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Foto: Petul Angeles

6. ¿Y si vivieran lejos uno del otro?

Si te llegan con la noticia de que se irán a vivir a Francia o a Estambul y de ta un dolor en el estómago de tristeza, entonces ¡por supuesto que tienes que ir a la boda! Está claro que los vas a extrañar y que vale la pena pasar un momento tan importante con los novios. Si solo te da gusto que conozca otras tierras junto al amor de su vida, pero realmente no representará ningún cambio en tu día a día, entonces mejor no vayas a la boda. Si no te da alegría y, en lugar de eso, la envidias por la oportunidad que se le ha presentado y estás segura de que tu deberías estar en su lugar, mucho menos vayas al evento. Si solo quieres ir a la boda para hacer comentarios negativos, para criticar y hablar mal de ella, en serio te recomendamos que ni siquiera asomes la cabeza en ese lugar. A veces el compromiso puede hacer que hagamos cosas muy locas, así que ¡por favor no caigas en el patrón!

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Foto: Guillermo Navarrete

Ahora sí… ¿Ya sabes si debes o no debes ir? Nuestro mejor consejo es que no te dejes llevar únicamente por el “qué dirán”, porque al final de cuentas los ojos estarán puestos sobre los novios y nadie sabrá si fuiste o no. Si crees que debes hablar con ellos para decirles que no vas a su boda, mejor hazlo con sinceridad y no desperdicies un día entero de tu vida en una celebración que ni siquiera te importa tanto. Piensa en ti, pero piensa también en los novios y en cómo afectará tu actitud si vas a pasarla sola y aburrida. ¡De nada!

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